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Síntomas de la bursitis del hombro: descripción y explicación

La bursitis de hombro es una condición dolorosa que ocurre en la articulación del hombro. En esta condición, una o más bursas en el hombro se inflaman. Una bursa es un pequeño saco lleno de líquido que amortigua y reduce la fricción entre huesos, tendones y músculos. La inflamación de la bursa provoca molestias, hinchazón y movimiento restringido. La bursitis de hombro puede resultar de movimientos repetitivos, lesiones, infecciones o enfermedades subyacentes como la artritis reumatoide o la gota.

Síntomas de la bursitis del hombro: descripción y explicación
Hombro saludable (el dibujo de la izquierda) y bursitis de hombro. La bursitis de hombro es bastante común. Es una de las principales causas de dolor en el hombro y puede ocurrir en cualquier persona, desde atletas y trabajadores manuales hasta oficinistas y músicos.

Síntomas de la bursitis de hombro

1. Dolor en el hombro

El dolor es el síntoma más común de la bursitis de hombro. La bursa inflamada crea presión sobre los tejidos circundantes, especialmente cuando el hombro se mueve. Esta presión activa los receptores del dolor y causa molestias persistentes. El dolor generalmente comienza como un dolor sordo en la parte externa o en la parte superior del hombro y empeora con el movimiento o la presión, como al acostarse sobre el lado afectado.

Debes prestar atención a la intensidad y ubicación del dolor en el hombro. Un dolor agudo o que irradia puede sugerir lesiones adicionales como desgarros del manguito rotatorio o compresión nerviosa. El dolor ocurre frecuentemente en personas con bursitis de hombro y puede persistir hasta que la inflamación disminuya.

2. Rango de movimiento limitado

La bursitis de hombro a menudo causa dificultad para mover el hombro. La inflamación en la bursa aumenta la presión dentro de la articulación, lo que restringe el movimiento suave. La hinchazón y el dolor desincentivan el uso completo de la articulación, causando rigidez y reducción de la flexibilidad. Este síntoma afecta actividades diarias como alcanzar objetos en alto, vestirse o peinarse.

La inactividad prolongada puede llevar a una mayor rigidez articular y una condición conocida como hombro congelado. Debes evitar inmovilizar el hombro durante largos períodos y comenzar ejercicios suaves cuando el dolor disminuya. El rango de movimiento limitado es un síntoma común, especialmente en casos moderados o avanzados.

3. Hinchazón visible

La inflamación de la bursa del hombro a veces causa hinchazón visible. La acumulación de líquido en exceso en la bursa inflamada produce un abultamiento cerca de la parte superior o lateral del hombro. Esta área hinchada es sensible al tacto y a menudo duele al presionar sobre ella.

La hinchazón generalmente indica un proceso inflamatorio activo. Debes monitorear el tamaño y la firmeza del área hinchada. Un aumento rápido, enrojecimiento o calor pueden sugerir una infección, que requiere evaluación médica urgente. La hinchazón leve ocurre con frecuencia, pero la hinchazón visible o significativa aparece con menos frecuencia.

4. Dolor que empeora por la noche

Muchas personas experimentan un incremento del dolor durante la noche. La inflamación en la bursa se hace más evidente cuando el hombro permanece quieto o cuando se aplica presión al acostarse sobre el lado afectado. Los cambios en el flujo sanguíneo y la redistribución de líquidos durante el sueño también pueden intensificar el dolor.

Debes evitar dormir sobre el hombro afectado y considerar usar almohadas para apoyar el brazo y reducir la presión. El dolor nocturno es un síntoma frecuente y puede interferir con la calidad del sueño.

5. Calor y enrojecimiento (en algunos casos)

En ciertos casos, especialmente cuando hay infección, la bursitis de hombro provoca calor y enrojecimiento sobre la articulación. La bursitis infectada, conocida como bursitis séptica, desencadena una respuesta inmune que aumenta el flujo sanguíneo a esa área. Esta respuesta eleva la temperatura de la piel y proporciona una apariencia roja.

El calor y el enrojecimiento sugieren la necesidad de atención médica inmediata, particularmente si este síntoma está acompañado de fiebre o hinchazón rápida. La bursitis séptica ocurre con menos frecuencia, pero requiere tratamiento urgente para prevenir daños en la articulación.

6. Debilidad en el hombro

La inflamación persistente y el dolor en la bursitis de hombro pueden llevar a la pérdida de uso muscular y debilidad muscular. El dolor desincentiva el movimiento normal, haciendo que los músculos alrededor de la articulación del hombro se vuelvan menos activos. Con el tiempo, esta inactividad reduce la fuerza muscular y limita la función del hombro.

Debes comenzar ejercicios de rehabilitación tan pronto como el dolor disminuya. La debilidad muscular no siempre está presente en casos leves, pero puede ocurrir en bursitis crónica o no tratada.

Qué causa la bursitis de hombro

El movimiento repetitivo del hombro, especialmente la actividad por encima de la cabeza, es la causa más común de la bursitis de hombro. Ocupaciones y deportes que requieren levantamientos, lanzamientos o alcanzes frecuentes pueden irritar la bursa y llevar a inflamación. El trauma directo en el hombro, como una caída o un golpe, también puede desencadenar la bursitis.

Las enfermedades subyacentes como la artritis reumatoide, la gota o la diabetes pueden aumentar el riesgo de desarrollar bursitis de hombro. Estas enfermedades fomentan la inflamación o alteran las estructuras articulares, haciendo que la bursa sea más vulnerable. En algunos casos, la infección se propaga de la piel o del torrente sanguíneo a la bursa, causando bursitis séptica.

Cómo diagnostican los médicos la bursitis de hombro

Los médicos diagnostican la bursitis de hombro revisando minuciosamente la historia clínica y realizando un examen físico. El examen incluye verificar la presencia de dolor, hinchazón y rango de movimiento. Los médicos pueden preguntar sobre lesiones recientes, actividades repetitivas y condiciones médicas que afectan las articulaciones.

Las pruebas de imagen como ecografías o resonancias magnéticas pueden confirmar la presencia de acumulación de líquido y descartar otros problemas en el hombro. Si se sospecha una infección, los médicos pueden usar una aguja para recolectar líquido de la bursa para su análisis en laboratorio.

Cómo tratan los médicos la bursitis de hombro

El tratamiento de la bursitis de hombro se centra en reducir la inflamación y aliviar el dolor. Los médicos suelen recomendar descansar el hombro y aplicar compresas frías durante los primeros días. Es posible que te receten medicamentos antiinflamatorios no esteroides como ibuprofeno (nombres comerciales: Nurofen, Advil) o naproxeno (nombres comerciales: Naprosyn, Aleve) para reducir el dolor y la hinchazón.

En casos persistentes o severos, los médicos pueden inyectar corticosteroides directamente en la bursa. La fisioterapia juega un papel vital en la recuperación al mejorar la fuerza y flexibilidad del hombro. Cuando hay infección presente, los médicos recetan antibióticos. En casos raros de bursitis crónica que no responde a otros tratamientos, los médicos pueden recomendar la extirpación quirúrgica de la bursa.

Inyección de cortisona (esteroide)
La inyección de cortisona (esteroide) es un tratamiento común para la bursitis subacromial.

Debes seguir de cerca las indicaciones médicas y evitar volver a actividades extenuantes demasiado pronto. Un diagnóstico y tratamiento tempranos ayudan a prevenir complicaciones y aceleran la recuperación.

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