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Causa y tratamiento del absceso cutáneo

Síntomas: Pioderma

Categorías: Infección bacteriana
CIE-10: L02.91
CIE-11: 1B75.3
SNOMED CT: 128477000

¿Qué es un absceso?

Un absceso es una cavidad llena de pus (pioderma o sepsis). Un absceso contiene glóbulos blancos, tejido muerto y bacterias.

Los abscesos cutáneos pueden ocurrir en cualquier parte de la piel, pero son más comunes bajo los brazos, en la base de la columna vertebral (enfermedad pilonidal) o alrededor de los genitales (por ejemplo, absceso de Bartolino) y el ano.

Un absceso generalmente se presenta como un bulto cálido, rojo, hinchado y doloroso. Puede conducir a fiebre, ganglios linfáticos hinchados y enfermedades, incluyendo una sepsis potencialmente peligrosa. Los abscesos no bacterianos pueden tener un color similar al de la piel y ser indoloros.

Si no se trata, un absceso eventualmente se rompe y drena pus espeso y amarillento.

Causa y tratamiento del absceso cutáneo
Absceso cutáneo

¿Qué causa un absceso?

Un absceso doloroso es generalmente causado por una infección bacteriana aguda. Las bacterias penetran a través de una rotura en la piel, como una herida punzante, o a través de un folículo piloso. También puede desarrollarse un absceso alrededor de un cuerpo extraño, como una astilla. Las causas más comunes de abscesos infecciosos son:

  • Staphylococcus aureus, la causa usual de pápulas (furúnculos y carbúnculos, la forma más común de absceso cutáneo), infección de herida o eczema infectado.
  • Staphylococcus aureus resistente a meticilina, que puede causar abscesos recurrentes.
  • Streptococcus pyogenes, la causa habitual de celulitis y erisipela.
  • Mycobacterium tuberculosis (TB) e infección por micobacterias atípicas.
  • Anaerobios, organismos gramnegativos, infecciones bacterianas raras e infecciones mixtas.
  • Infección fúngica, un querión.
  • Infección viral severa, por ejemplo, herpes simple.
  • Infestaciones o infecciones parasitarias.

Los abscesos infecciosos pueden afectar a personas sanas, pero son más comunes en las siguientes circunstancias:

  • Síndrome metabólico y obesidad.
  • Consumo de tabaco.
  • Diabetes.
  • Inmunocompromiso.
  • Usuarios de drogas intravenosas.

Un absceso estéril puede persistir después de que una infección ha sido eliminada, porque contiene tejido muerto o necrótico y células inflamatorias.

Un absceso estéril puede ocurrir después de la inyección de corticosteroides, especialmente cuando el medicamento ha escurrido en la grasa subcutánea. Una reacción de hipersensibilidad a un material inyectado, como el colágeno bovino, también puede causar formación de abscesos.

Ciertas enfermedades inflamatorias de la piel pueden causar destrucción del tejido y formación de abscesos, en ausencia de patógenos (microbios infecciosos). Estas enfermedades incluyen:

  • Hidradenitis supurativa.
  • Acné conglobata y acné fulminante.
  • Enfermedad cutánea de Crohn.
  • Panniculitis (inflamación de la grasa subcutánea).

¿Qué pruebas se deben realizar?

Si se desconoce la causa de un absceso, se pueden realizar las siguientes pruebas.

  • Microscopía y tinción de Gram.
  • Cultivo bacteriano (estándar, anaerobio y a baja temperatura).
  • Biopsia de tejido adyacente.

Si un paciente ha tenido abscesos recurrentes, considerar deficiencia nutricional, especialmente de hierro; deficiencia inmunitaria; supresión inmunitaria por medicamentos como esteroides sistémicos; diabetes; o mala circulación.

Cómo tratar un absceso

Un absceso debe ser explorado para eliminar cuerpos extraños y sacar su contenido. Este proceso requiere hacer una incisión quirúrgica y drenar el pus. Luego, la cavidad se lava a fondo con solución salina. La cavidad debe dejarse abierta para permitir que el pus continúe drenando. A veces se insertan mechas en el absceso si es profundo, para ayudar en el drenaje.

A menudo se prescriben antibióticos, elegidos de acuerdo con el organismo que causa el absceso y sus sensibilidades.

Prevención de la formación de más abscesos

Si los abscesos son causados por una infección estafilocócica, el riesgo de recurrencia se puede minimizar mediante:

  • Higiene: lavarse las manos con frecuencia (o usar desinfectante de manos) y no compartir toallas, ropa, maquinillas de afeitar y cepillos de dientes.
  • Reducir la transmisión a otros: mientras esté infectado, no compartir equipo en un gimnasio comunitario ni asistir a una sauna o piscina.
  • Desechar los pañuelos y vendajes en una bolsa sellada o quemarlos.
  • Tener cuidado de no cortar la piel al afeitar.
  • Comer abundante fruta y verduras frescas.
  • Mantener un peso normal y no fumar tabaco.

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