Un quiste ovárico maligno es una masa anormal de tejido que se desarrolla dentro o en la superficie de un ovario y contiene células cancerosas. Esta condición puede ocurrir en uno o ambos ovarios y a menudo se desarrolla sin síntomas notables en la etapa inicial. Sin embargo, a medida que el quiste crece o se propaga, el cuerpo comienza a mostrar signos y síntomas distintivos que pueden indicar malignidad. Comprender estos síntomas te ayuda a reconocer las señales de advertencia y buscar una evaluación médica temprana.

Causas del quiste ovárico maligno
Un quiste ovárico maligno se desarrolla cuando las células ováricas normales comienzan a crecer y dividirse de manera incontrolada. La causa exacta de esta transformación no se comprende completamente, pero varios factores aumentan el riesgo de desarrollar esta condición.
Las mutaciones genéticas en genes específicos desempeñan un papel importante. Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, que normalmente ayudan a reparar el ADN dañado, aumentan significativamente el riesgo de cáncer de ovario. Tener antecedentes familiares de cáncer de ovario, cáncer de mama o cáncer colorrectal también aumenta la probabilidad de desarrollar un quiste ovárico maligno.
Los factores hormonales influyen en el desarrollo del cáncer de ovario. La ovulación continua durante muchos años expone el tejido ovárico a un crecimiento y reparación celular repetidos. Las mujeres que comienzan a menstruar temprano, tienen una menopausia tardía o nunca han estado embarazadas experimentan más ciclos ovulatorios, lo que aumenta ligeramente el riesgo. Por el contrario, el embarazo, la lactancia y el uso de anticonceptivos orales reducen la cantidad de ovulaciones y disminuyen el riesgo.
Los factores ambientales y de estilo de vida también pueden contribuir. Una dieta alta en grasas, la obesidad, la exposición a talco cerca de la zona genital y el uso a largo plazo de ciertos medicamentos de fertilidad pueden aumentar ligeramente el riesgo, aunque la evidencia sigue siendo mixta.
En algunos casos, los quistes ováricos malignos surgen de quistes benignos preexistentes que sufren una transformación cancerosa. Esta transformación puede ocurrir cuando el crecimiento celular anormal continúa sin control debido a la inestabilidad genética o inflamación crónica en el tejido ovárico.
Tasa de aparición
Los quistes ováricos malignos, que suelen clasificarse como cáncer de ovario, ocurren a una tasa estandarizada por edad a nivel mundial de aproximadamente 6.7 casos por cada 100,000 mujeres anualmente.
Los quistes ováricos malignos son menos comunes que los quistes ováricos benignos, pero representan la forma más letal de cáncer ginecológico. A nivel mundial, el cáncer de ovario representa aproximadamente el 3% de todos los cánceres en mujeres, pero causa una alta cantidad de muertes debido a su detección tardía.
El riesgo de desarrollar cáncer de ovario en la población femenina general es aproximadamente de 1 en 75, mientras que el riesgo de morir por cáncer de ovario es de aproximadamente 1 en 100. En mujeres que portan una mutación en el gen BRCA1, el riesgo aumenta al 35-70%, y para las portadoras de la mutación BRCA2, el riesgo aumenta al 10-30%.
La mayoría de los quistes ováricos malignos ocurren en mujeres mayores de 50 años, particularmente después de la menopausia. Alrededor del 90% de los casos se diagnostican en mujeres mayores de 40 años. Sin embargo, ciertos tipos raros, como los tumores de células germinales, pueden presentarse en mujeres más jóvenes e incluso en adolescentes.
Debido a que los síntomas a menudo permanecen leves o vagos durante la etapa temprana, más del 70% de los casos de cáncer de ovario se diagnostican en una etapa avanzada, cuando la enfermedad ya se ha propagado más allá del ovario. Este diagnóstico tardío contribuye a la tasa de mortalidad relativamente alta asociada a esta enfermedad.
Síntomas del quiste ovárico maligno
1. Inflamación y distensión abdominal
Un quiste ovárico maligno a menudo causa distensión o hinchazón abdominal. El quiste en crecimiento aumenta el tamaño abdominal al ocupar espacio dentro de la pelvis y presionar sobre los tejidos circundantes. Esta presión puede atrapar gases, ralentizar la digestión y hacer que el abdomen se sienta tenso o lleno incluso después de comer pequeñas cantidades de alimentos. La distensión abdominal continua que persiste durante varias semanas o que se vuelve progresivamente peor a menudo indica que el quiste sigue aumentando de tamaño o que el líquido comienza a acumularse en el abdomen, una condición conocida como ascitis.
2. Dolor pélvico o abdominal
El dolor pélvico o abdominal es un síntoma común de un quiste ovárico maligno. El dolor generalmente resulta de la presión sobre órganos cercanos, el estiramiento de la cápsula ovárica, o la irritación del revestimiento pélvico. El dolor puede sentirse como un dolor sordo y ocurrir en un lado o en ambos lados del abdomen inferior. A menudo, el dolor se vuelve constante a medida que el tumor crece, mientras que los quistes benignos tienden a causar dolor intermitente o cíclico relacionado con el ciclo menstrual. Un dolor severo o persistente que no mejora con el descanso o analgésicos suaves a menudo requiere una evaluación médica.
3. Saciedad temprana y pérdida de apetito
Un quiste ovárico maligno puede presionar el estómago y los intestinos, reduciendo la capacidad del estómago para expandirse después de comer. Esta compresión mecánica provoca saciedad temprana, lo que significa que te sientes lleno después de comer solo una pequeña porción de alimentos. La pérdida de apetito puede desarrollarse como resultado. La combinación de disminución del apetito y cambios metabólicos relacionados con el cáncer a menudo conduce a pérdida de peso involuntaria y debilidad. Este síntoma es más preocupante cuando ocurre junto con hinchazón abdominal o dolor persistente.
4. Cambios en los hábitos urinarios
La necesidad frecuente de orinar o la urgencia para hacerlo a menudo se desarrolla cuando un quiste ovárico maligno crece lo suficiente como para presionar la vejiga. Esta presión reduce la capacidad de la vejiga y aumenta la frecuencia de la micción, incluso cuando la vejiga no está llena. También puede ocurrir dificultad para vaciar completamente la vejiga o la sensación de vaciado incompleto. Estos síntomas urinarios pueden parecerse a una infección del tracto urinario, pero la ausencia de infección y la persistencia de los síntomas deberían generar sospechas sobre una masa pélvica subyacente.
5. Irregularidades menstruales
Un quiste ovárico maligno puede afectar la producción de hormonas al influir en el tejido ovárico. El tumor puede producir hormonas o interferir con la ovulación normal. Como resultado, los períodos menstruales pueden volverse irregulares, más pesados, más ligeros o ausentes. Se puede presentar sangrado postmenopáusico cuando un quiste produce estrógeno. Cualquier cambio inexplicado en la menstruación, especialmente en mujeres que ya han llegado a la menopausia, debe ser evaluado cuidadosamente porque puede indicar un tumor ovárico productor de hormonas.
6. Transtornos gastrointestinales
Quistes ováricos grandes pueden causar síntomas gastrointestinales como estreñimiento, indigestión o náuseas. La presión del quiste sobre los intestinos puede ralentizar el movimiento intestinal, resultando en dificultad para evacuar o una sensación de evacuación incompleta. Algunas personas experimentan alternancia entre diarreay estreñimiento. Estos problemas digestivos a menudo ocurren junto con distensión abdominal o malestar abdominal, y persisten a pesar de ajustes dietéticos o medicamentos de venta libre.
7. Dolor de espalda
Un quiste ovárico maligno puede causar un dolor sordo en la parte baja de la espalda. El tumor puede irritar los nervios en la pelvis o presionar sobre los músculos y ligamentos que soportan la columna vertebral. Un dolor lumbar persistente que no mejora con el descanso o la fisioterapia a veces puede indicar la propagación de células cancerosas a tejidos o ganglios linfáticos cercanos. El dolor puede irradiarse hacia los muslos o las caderas si el tumor comprime nervios importantes.
8. Fatiga y debilidad
Las células cancerosas consumen cantidades significativas de energía a medida que se dividen y crecen. Este proceso agota las reservas de energía del cuerpo, llevando a la fatiga y debilidad. Además, la pérdida de apetito y la pérdida de peso involuntaria reducen aún más los niveles de energía.
9. Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis)
La ascitis es un signo típico de quistes ováricos malignos avanzados. La acumulación de líquido en la cavidad abdominal resulta de la irritación del peritoneo o el bloqueo del drenaje linfático. El abdomen se vuelve visiblemente distendido y tenso, y puedes experimentar dificultad para respirar al estar acostado. La ascitis también puede causar aumento de peso rápido y malestar debido a la presión sobre los órganos internos. La presencia de ascitis generalmente indica que el cáncer se ha diseminado más allá del ovario.
10. Dolor durante las relaciones sexuales
Un quiste ovárico maligno puede causar dolor durante las relaciones sexuales debido a su presión sobre los tejidos pélvicos e irritación de los nervios circundantes. El dolor puede ocurrir en lo profundo de la pelvis o en la parte baja del abdomen. El malestar a menudo aumenta a medida que el quiste se agranda o cuando se desarrolla inflamación en los tejidos cercanos. El dolor persistente o en aumento durante las relaciones sexuales requiere una investigación médica.
11. Hinchazón o dolor en las piernas
En algunos casos, un quiste ovárico maligno obstruye el flujo sanguíneo desde las extremidades inferiores al comprimir las venas en la pelvis. Esta compresión puede llevar a hinchazón, dolor o pesadez en una o ambas piernas. La presencia de hinchazón unilateral en la pierna, especialmente si se asocia con malestar pélvico, puede indicar una obstrucción venosa causada por la masa tumoral o por coágulos de sangre relacionados con el cáncer.
12. Falta de aliento
En etapas avanzadas, los quistes ováricos malignos pueden causar acumulación de líquido en la cavidad torácica, una condición llamada derrame pleural. El líquido comprime los pulmones y causa falta de aliento, especialmente al estar acostado. Este síntoma a menudo aparece junto con distensión abdominal y ascitis, sugiriendo una enfermedad extendida.
¿Cuándo necesitas buscar evaluación médica?
Necesitas buscar evaluación médica si experimentas distensión abdominal persistente, dolor pélvico, saciedad temprana o cambios inexplicables en los hábitos menstruales o urinarios que duren varias semanas. Un diagnóstico temprano mejora significativamente los resultados del tratamiento. Un médico puede realizar un examen pélvico, pruebas de imagen y análisis de sangre para determinar si el quiste es benigno o maligno.