El cáncer cervical se desarrolla en las células del cuello uterino—la parte inferior del útero que se conecta con la vagina. Este cáncer crece lentamente y puede no producir síntomas en las etapas iniciales, por lo que la detección rutinaria es esencial. La mayoría de los casos de cáncer cervical están relacionados con una infección persistente por tipos de virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo, aunque varios otros factores de riesgo pueden contribuir.

Causas del cáncer cervical
Infección por virus del papiloma humano (VPH)
La principal causa del cáncer cervical es la infección persistente por tipos de VPH de alto riesgo, especialmente el VPH-16 y el VPH-18. Puedes contraer el VPH a través del contacto sexual, y en la mayoría de las personas, el sistema inmunológico elimina el virus. Sin embargo, en algunos casos, el virus persiste y causa cambios en las células cervicales, lo que lleva a lesiones precoces y, eventualmente, a cáncer invasivo.
Mecanismo: El VPH se integra en el ADN del huésped y produce proteínas (E6 y E7) que inactivan las proteínas supresoras de tumores (p53 y Rb). Esta inactivación permite el crecimiento celular anormal y la resistencia a la apoptosis (muerte celular), aumentando el riesgo de malignidad.
Otros factores de riesgo
Actividad sexual temprana: Esta actividad aumenta la posibilidad de exposición al VPH.
Múltiples parejas sexuales: Tener múltiples parejas sexuales incrementa la probabilidad de adquirir el VPH.
Fumar tabaco: Se han encontrado subproductos del tabaco en el moco cervical de fumadoras, y estos dañan el ADN en las células cervicales.
Inmunosupresión: Condiciones como el VIH o medicamentos inmunosupresores reducen la capacidad del cuerpo para eliminar el VPH.
Uso prolongado de anticonceptivos orales: Estudios muestran que usar píldoras anticonceptivas durante más de cinco años puede aumentar ligeramente el riesgo de desarrollar cáncer cervical.
Falta de detección regular: Sin citologías de Papanicolaou o pruebas de VPH regulares, los cambios precoces pueden no ser detectados.

Síntomas del cáncer cervical
El cáncer cervical a menudo no causa síntomas en sus primeras etapas. A medida que avanza, puede producir diversos signos que no debes ignorar.
1. Sangrado vaginal anormal
El sangrado vaginal anormal incluye sangrado entre períodos menstruales, sangrado después de la relación sexual o sangrado postmenopáusico.
Las lesiones cancerosas en el cuello uterino erosionan los vasos sanguíneos en el tejido cervical, haciéndolos frágiles. Incluso un contacto mecánico leve, como el de las relaciones sexuales, puede causar sangrado.
Frecuencia de aparición: Este es el síntoma más común, reportado en aproximadamente el 60-70% de las mujeres con cáncer cervical.
El sangrado postmenopáusico nunca es normal y siempre debe investigarse.
Si experimentas sangrado después de tener relaciones sexuales, busca consejo médico de inmediato.
2. Secreción vaginal inusual
Puede notar una secreción vaginal acuosa, de color rosa o con mal olor.
A medida que el tumor crece, puede causar necrosis (muerte del tejido) e infección, lo que lleva a la producción de desechos y sobrecrecimiento bacteriano, que alteran la densidad y el olor de las secreciones vaginales.
Frecuencia de aparición: Este síntoma ocurre en aproximadamente el 35-50% de los casos de cáncer cervical.
Precaución:
- No toda secreción vaginal inusual indica cáncer, pero si la secreción es persistente, tiene mal olor o está mezclada con sangre, necesita ser evaluada.
- No te bases únicamente en productos de higiene para enmascarar el olor: consulta a un profesional de la salud.
3. Dolor pélvico o dolor abdominal inferior
Puedes sentir un dolor sordo o una sensación de presión en la región pélvica.
El cáncer puede invadir los tejidos cercanos, incluidos ligamentos, músculos o nervios, causando inflamación y dolor. También puede presionar contra la vejiga o el recto.
Frecuencia de aparición: Este es un síntoma de moderado a avanzado, que se presenta en aproximadamente el 20-30% de los pacientes.
El dolor pélvico no solo se presenta con el cáncer cervical. Sin embargo, este síntoma se vuelve más significativo cuando se combina con sangrado o secreción anormal.
Si el dolor persiste o empeora durante la menstruación o la relación sexual, busca un examen médico.
4. Dolor durante el acto sexual
El crecimiento del tumor en o alrededor del cuello uterino hace que esta zona esté inflamada, ulcerada y muy sensible. Las relaciones vaginales pueden irritar estas lesiones y causar dolor.
Frecuencia de aparición: Este síntoma se presenta en aproximadamente el 15-25% de los casos de cáncer cervical, siendo más común en etapas avanzadas.
Este síntoma puede ser erróneamente atribuido a problemas hormonales o infecciones: es importante un diagnóstico preciso.
El dolor durante el acto sexual no debe ser ignorado, especialmente si es nuevo o está empeorando.
5. Hinchazón en las piernas (linfedema)
Una o ambas piernas pueden hincharse sin una lesión aparente.
El cáncer cervical avanzado puede comprimir los ganglios linfáticos pélvicos o las venas, causando que el líquido linfático o la sangre se acumulen en las piernas.
Frecuencia de aparición: Este síntoma se observa en el 10-20% de los casos de cáncer cervical en etapa avanzada.
Precaución:
- Este síntoma puede indicar que el cáncer se ha diseminado más allá del cuello uterino.
- Si la hinchazón de la pierna está asociada con dolor pélvico o síntomas urinarios, busca evaluación urgente.
6. Cambios en la micción y la defecación
Los cambios incluyen dolor al orinar, sangre en la orina, aumento de la frecuencia, estreñimiento o dificultad para evacuar.
El crecimiento del tumor puede presionar o invadir la vejiga o el recto. Si el cáncer invade la pared de la vejiga, puede causar hematuria; si se disemina al recto, puede llevar a una obstrucción intestinal o sangrado rectal.
Frecuencia de aparición: Este síntoma no es común en las etapas tempranas del cáncer cervical, pero puede ocurrir en el 10-15% de los casos de cáncer cervical avanzado.
Síntomas como sangre en la orina o estreñimiento severo, que ocurren junto con otros síntomas cervicales, requieren atención inmediata.
Diagnóstico del cáncer cervical
El cáncer cervical se diagnostica mediante una combinación de pruebas de detección y diagnósticas.
1. Prueba de Papanicolaou (citología cervical)
Esta prueba detecta células precoces o anormales en el cuello uterino. Debes comenzar a realizar la detección a partir de los 21 años y repetir cada 3 años, o según lo recomendado.
2. Prueba de VPH
Esta prueba identifica cepas de VPH de alto riesgo. Puede utilizarse sola o junto con la prueba de Papanicolaou (co-pruebas).
3. Colposcopia
Si se encuentran células anormales, tu médico puede realizar una colposcopia, un procedimiento que magnifica el cuello uterino y permite realizar biopsias.
4. Biopsia cervical
Los médicos tomarán muestras de tejido de áreas sospechosas para confirmar un diagnóstico. Los tipos de biopsia incluyen biopsia por punción, biopsia en cono, o curetaje endocervical.
5. Pruebas de imagen
Una vez que se confirme el cáncer, las pruebas de imagen como la resonancia magnética, la tomografía computarizada o la tomografía por emisión de positrones ayudan a determinar el estadio y la diseminación.
Tratamiento del cáncer cervical
El tratamiento depende del estadio, tamaño del tumor y tu salud general. A continuación se presentan opciones de tratamiento.
1. Cirugía
Conización o LEEP: Para cánceres muy temprano (estadio 0 o I), los médicos pueden extirpar la lesión con un daño mínimo al cuello uterino.
Histerectomía: Los médicos extirparán el útero y el cuello uterino. Puede ser histerectomía simple o radical, dependiendo de la diseminación del cáncer.
Trachelectomía: Los médicos extirparán el cuello uterino pero conservarán el útero, permitiendo la posibilidad de un futuro embarazo en pacientes en estadios iniciales.
2. Radioterapia
La radioterapia se utiliza sola o con quimioterapia para enfermedades más avanzadas. La radioterapia utiliza rayos de alta energía que apuntan al tumor. Los efectos secundarios incluyen fatiga, cambios en la piel e irritación de órganos cercanos.
3. Quimioterapia
La quimioterapia utiliza medicamentos como el cisplatino o el paclitaxel para matar células cancerosas. Los médicos a menudo combinan esta terapia con radioterapia para obtener mejores resultados.
4. Terapia dirigida e inmunoterapia
Para el cáncer cervical recurrente o metastásico, se pueden usar los siguientes medicamentos:
- Bevacizumab: Un medicamento dirigido que inhibe los vasos sanguíneos del tumor.
- Pembrolizumab: Un medicamento de inmunoterapia utilizado en pacientes con tumores positivos para PD-L1.
5. Cuidados paliativos
En etapas avanzadas, los médicos se centran en el alivio de los síntomas, mejorando la calidad de vida y ofreciendo apoyo emocional y psicológico.
El cáncer cervical es prevenible y tratable cuando se detecta a tiempo. La detección regular, la vacunación contra el VPH y la conciencia de las señales de advertencia son tu mejor defensa. Si notas síntomas como sangrado anormal, secreción vaginal inusual o dolor pélvico, consulta a un médico de inmediato.