Descripción general
La lesión del ligamento cruzado posterior (LCP) ocurre con mucha menos frecuencia que la lesión del ligamento cruzado anterior (LCA). El ligamento cruzado posterior y el ligamento cruzado anterior conectan el fémur con la tibia. Si alguno de los ligamentos se desgarra, puede causar dolor, hinchazón y una sensación de inestabilidad.
Los ligamentos son bandas fuertes de tejido que conectan un hueso con otro. Los ligamentos cruzados conectan el fémur con la tibia. Los ligamentos cruzados anterior y posterior forman una «X» en el centro de la rodilla.
Aunque una lesión del ligamento cruzado posterior generalmente causa menos dolor, discapacidad e inestabilidad de la rodilla que un desgarro del LCA, aún puede limitarte durante varias semanas o meses.

Síntomas de la lesión del ligamento cruzado posterior
Los síntomas de una lesión del ligamento cruzado posterior (LCP) pueden incluir:
- Dolor. Dolor leve a moderado en la rodilla que puede causar una ligera cojera o dificultad para caminar.
- Hinchazón. La hinchazón de la rodilla ocurre rápidamente, en pocas horas después de la lesión.
- Inestabilidad. Tu rodilla puede sentirse suelta.
Si no hay lesiones en otras partes de tu rodilla, los signos y síntomas de una lesión del ligamento cruzado posterior pueden ser tan leves que puede que no notes que algo está mal. Con el tiempo, el dolor puede empeorar y tu rodilla puede sentirse más inestable. Si otras partes de tu rodilla también han sido lesionadas, es probable que tus signos y síntomas sean más severos.
Causas de la lesión del ligamento cruzado posterior
El ligamento cruzado posterior puede desgarrarse si la tibia recibe un golpe fuerte justo debajo de la rodilla, o si caes sobre una rodilla doblada. Estas lesiones son más comunes en los siguientes casos:
- Accidentes de vehículos motorizados
- Deportes que requieren contacto físico, como el fútbol.
Factores de riesgo
Estar en un accidente de vehículo motorizado y participar en deportes como el fútbol son los factores de riesgo más comunes para una lesión del LCP.
Complicaciones de la lesión del ligamento cruzado posterior
En muchos casos, otras estructuras dentro de la rodilla —incluyendo otros ligamentos o cartílago— también se dañan cuando lesionas tu ligamento cruzado posterior. Dependiendo de cuántas de estas estructuras estén dañadas, podrías experimentar dolor e inestabilidad a largo plazo en la rodilla. También podrías tener un mayor riesgo de desarrollar artritis eventualmente en tu rodilla afectada.
Diagnóstico de la lesión del ligamento cruzado posterior
Durante el examen físico, tu médico puede presionar tu rodilla para sentir si hay lesiones, holgura o líquido en la articulación debido a sangrado. El médico puede mover tu rodilla, pierna o pie en diferentes direcciones y pedirte que te pongas de pie y camines. Tu médico comparará tu pierna lesionada con la sana para buscar cualquier caída o movimiento anormal en la rodilla o tibia.
En algunos casos, tu médico puede sugerir una o más de las siguientes pruebas de imagen:
- Radiografía. Aunque una radiografía no puede detectar daño en los ligamentos, puede revelar fracturas óseas. Las personas con lesiones del ligamento cruzado posterior a veces tienen fracturas en las que un pequeño fragmento de hueso, conectado al ligamento, se separa del hueso principal (fractura por avulsión).
- Resonancia magnética. Esta prueba indolora utiliza ondas de radio y un campo magnético fuerte para crear imágenes computarizadas de los tejidos blandos de tu cuerpo. Una resonancia magnética puede mostrar claramente un desgarro del ligamento cruzado posterior y determinar si otros ligamentos o cartílago de la rodilla también están dañados.
- Artroscopia. Si no está claro cuán extensa es tu lesión en la rodilla, tu médico puede utilizar una técnica quirúrgica llamada artroscopia para ver dentro de tu articulación de la rodilla. Se inserta una pequeña cámara de video en tu articulación de la rodilla a través de una pequeña incisión. El médico visualiza imágenes del interior de la articulación en un monitor de computadora o en una pantalla de TV.
Tratamiento de la lesión del ligamento cruzado posterior
El tratamiento depende de la extensión de la lesión y si acaba de ocurrir o si has estado lidiando con ella durante un tiempo. En la mayoría de los casos, no se requiere cirugía.
Medicamentos
Los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB) o el naproxeno sódico (Aleve), pueden aliviar el dolor y reducir la hinchazón.
Terapeuta
Un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios que ayudarán a fortalecer tu rodilla y mejorar su función e estabilidad. También podrías necesitar una rodillera o muletas durante tu rehabilitación.
Cirugía
Si tu lesión es severa —especialmente si está combinada con otros ligamentos de la rodilla desgarrados, daño en el cartílago o un hueso roto— puede que necesites cirugía para reconstruir el ligamento. La cirugía también puede considerarse si tienes episodios persistentes de inestabilidad en la rodilla a pesar de la rehabilitación adecuada.
Esta cirugía generalmente se puede realizar insertando una cámara de fibra óptica y herramientas quirúrgicas largas y delgadas a través de varias pequeñas incisiones alrededor de la rodilla.
Cuidado en casa
Descanso, compresas de hielo, vendajes y elevación de la rodilla pueden ayudar a acelerar la recuperación de lesiones articulares leves a moderadas.
- Mantente alejado de tu rodilla lesionada y protégela de más daños. Podrías necesitar muletas.
- Aplica compresas de hielo en tu rodilla durante 20 a 30 minutos cada tres a cuatro horas durante dos a tres días.
- Envuelve una venda elástica alrededor de tu rodilla.
- Acuéstate y coloca una almohada debajo de tu rodilla para ayudar a reducir la hinchazón.
Preparación para una cita con el médico
Si tu lesión en la rodilla es severa, puede que necesites atención médica de emergencia. De lo contrario, solo necesitas consultar a tu médico de atención primaria. El médico puede referirte a un especialista en lesiones de rodilla o medicina deportiva.
Lo que puedes hacer
Podrías querer hacer una lista que incluya:
- Descripción detallada de tus síntomas
- Información sobre problemas médicos que hayas tenido en el pasado, incluyendo lesiones previas en la rodilla
- Información sobre los antecedentes médicos de tus padres o hermanos
- Los medicamentos y suplementos dietéticos que tomas
Lo que tu médico podría preguntar
Tu médico podría hacerte preguntas, incluyendo:
- ¿Cómo y cuándo te lastimaste la rodilla?
- ¿Qué parece aliviar tu dolor?
- ¿Qué parece empeorar tu dolor?