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Síntomas y causas de la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo que causa que las células del cerebro se deterioren (degeneren) y mueran. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia, que es un continuo declive en las habilidades cognitivas, comportamentales y sociales que interrumpe la capacidad de una persona para funcionar de manera independiente.

Síntomas y causas de la enfermedad de Alzheimer
Paciente con enfermedad de Alzheimer

Los primeros signos de esta enfermedad pueden ser olvidar eventos o conversaciones recientes. A medida que la enfermedad avanza, una persona con Alzheimer desarrollará un deterioro severo de la memoria y perderá la capacidad de llevar a cabo tareas cotidianas.

Los medicamentos actuales para la enfermedad de Alzheimer pueden mejorar temporalmente los síntomas o ralentizar la tasa de deterioro. Estos medicamentos pueden ayudar a las personas con Alzheimer a maximizar su funcionamiento y mantener cierta independencia durante un tiempo. Diferentes programas y servicios pueden ayudar a apoyar a las personas con Alzheimer y sus cuidadores.

No existe un tratamiento que cure la enfermedad de Alzheimer ni altere el proceso de la enfermedad en el cerebro. En las etapas avanzadas de esta enfermedad, las complicaciones derivadas de la grave pérdida de función cerebral —como la deshidratación, la desnutrición o la infección— pueden resultar en la muerte.

Síntomas de la enfermedad de Alzheimer

La pérdida de memoria es el principal síntoma de la enfermedad de Alzheimer. Un signo temprano de la enfermedad suele ser la dificultad para recordar eventos recientes o conversaciones. A medida que la enfermedad progresa, los deterioros de la memoria empeoran y se desarrollan otros síntomas.

Al principio, una persona con enfermedad de Alzheimer puede ser consciente de tener dificultades para recordar cosas y organizar sus pensamientos. Un familiar o amigo puede notar más probablemente cómo empeoran los síntomas.

Los cambios cerebrales asociados con la enfermedad de Alzheimer conducen a un creciente problema con las siguientes funciones:

Memoria

Todas las personas tienen lapsos de memoria ocasionales. Es normal perder de vista dónde pusiste tus llaves o olvidar el nombre de un conocido. Pero la pérdida de memoria asociada con la enfermedad de Alzheimer persiste y empeora, afectando la capacidad de funcionar en el trabajo o en el hogar.

Las personas con enfermedad de Alzheimer pueden:

  • Repetir declaraciones y preguntas una y otra vez
  • Olvidar conversaciones, citas o eventos, y no recordarlos más tarde
  • Colocar rutinariamente objetos en lugares ilógicos
  • Perderse en lugares familiares
  • Eventualmente olvidar los nombres de familiares y objetos cotidianos
  • Tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para identificar objetos, expresar pensamientos o participar en conversaciones

Pensamiento y razonamiento

La enfermedad de Alzheimer causa dificultades para concentrarse y pensar, especialmente sobre conceptos abstractos como los números.

El trabajo multitarea es especialmente difícil, y puede ser un desafío manejar las finanzas, equilibrar chequeras y pagar facturas a tiempo. Estas dificultades pueden progresar hasta llegar a una incapacidad para reconocer y manejar números.

Tomar decisiones y juicios

La capacidad de tomar decisiones y juicios razonables en situaciones cotidianas disminuirá. Por ejemplo, una persona puede tomar decisiones inapropiadas o inusuales en interacciones sociales o vestirse con ropa inapropiada para el clima. Puede ser más difícil responder de manera efectiva a problemas cotidianos, como comida que se quema en la estufa o situaciones de conducción inesperadas.

Planificación y realización de tareas familiares

Actividades que antes eran rutinarias y que requieren pasos secuenciales, como planificar y cocinar una comida o jugar un juego favorito, se convierten en una lucha a medida que avanza la enfermedad. Eventualmente, las personas con enfermedad de Alzheimer avanzada pueden olvidar cómo realizar tareas básicas como vestirse y bañarse.

Cambios en la personalidad y el comportamiento

Los cambios cerebrales que ocurren en la enfermedad de Alzheimer pueden afectar los estados de ánimo y comportamientos. Los problemas más comunes son:

  • Depresión
  • Apatía
  • Aislamiento social
  • Alteraciones del estado de ánimo
  • Desconfianza hacia los demás
  • Irritabilidad y agresividad
  • Cambios en los hábitos de sueño
  • Deambulación
  • Pérdida de inhibiciones
  • Delirios, como creer que algo ha sido robado

Habilidades preservadas

Muchas habilidades importantes se preservan durante períodos más largos incluso mientras los síntomas empeoran. Las habilidades preservadas pueden incluir leer o escuchar libros, contar historias y recordar experiencias, cantar, escuchar música, bailar, dibujar o hacer manualidades.

Estas habilidades pueden preservarse por más tiempo porque están controladas por partes del cerebro que se ven afectadas más adelante en el curso de la enfermedad.

¿Cuándo se debe ver a un médico?

Una serie de enfermedades, incluidas las tratables, pueden resultar en pérdida de memoria u otros síntomas de demencia. Si le preocupa su memoria o sus habilidades de pensamiento, hable con su médico para una evaluación y diagnóstico exhaustivos.

Si le preocupan las habilidades de pensamiento que observa en un familiar o amigo, hable sobre sus preocupaciones y pregunte sobre ir juntos a una cita médica.

Causas de la enfermedad de Alzheimer

Los científicos creen que, para la mayoría de las personas, la enfermedad de Alzheimer es causada por una combinación de factores genéticos, de estilo de vida y ambientales que afectan el cerebro con el tiempo.

En menos del 1% de los casos, la enfermedad de Alzheimer es provocada por cambios genéticos específicos que prácticamente garantizan que una persona desarrollará esta enfermedad. Estas rarezas suelen resultar en la aparición de la enfermedad en la mediana edad.

Las causas exactas de la enfermedad de Alzheimer no se comprenden completamente, pero en su núcleo se encuentran problemas con las proteínas del cerebro que no funcionan normalmente, interrumpen el trabajo de las células cerebrales (neuronas) y desencadenan una serie de eventos tóxicos. Las neuronas se dañan, pierden conexiones entre sí y eventualmente mueren.

El daño generalmente comienza en la región del cerebro que controla la memoria, pero el proceso inicia años antes de los primeros síntomas. La pérdida de neuronas se propaga de una manera algo predecible a otras regiones del cerebro. En la etapa tardía de la enfermedad, el cerebro se ha encogido significativamente.

Los investigadores se están enfocando en el papel de dos proteínas:

  • Placas. La beta-amiloide es un fragmento sobrante de una proteína más grande. Cuando estos fragmentos se agrupan, parecen tener un efecto tóxico en las neuronas y perturbar la comunicación entre células. Estos conglomerados forman depósitos más grandes llamados placas de amiloide, que también incluyen otros desechos celulares.
  • Lios. Las proteínas tau participan en el soporte interno y el sistema de transporte de una neurona para llevar nutrientes y otros materiales esenciales. En la enfermedad de Alzheimer, las proteínas tau cambian de forma y se organizan en estructuras llamadas líos neurofibrilares. Los líos interrumpen el sistema de transporte y son tóxicos para las células.

Factores de riesgo

Edad

El aumento de la edad es el mayor factor de riesgo conocido para la enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer no forma parte del envejecimiento normal, pero a medida que envejeces, aumenta la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Un estudio, por ejemplo, encontró que anualmente había dos nuevos diagnósticos por cada 1,000 personas de entre 65 y 74 años, 11 nuevos diagnósticos por cada 1,000 personas de entre 75 y 84 años y 37 nuevos diagnósticos por cada 1,000 personas de 85 años o más.

Historia familiar y genética

Su riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer es algo mayor si un familiar de primer grado —su padre o hermano— tiene la enfermedad. La mayoría de los mecanismos genéticos de Alzheimer entre las familias permanecen en gran medida sin explicación, y los factores genéticos son probablemente complejos.

Un factor genético más conocido es una forma del gen de apolipoproteína E (APOE). Una variante del gen, APOE e4, aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer, pero no todos los que tienen esta variante del gen desarrollan la enfermedad.

Los científicos han identificado cambios raros (mutaciones) en tres genes que prácticamente garantizan que una persona que hereda uno de ellos desarrollará la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, estas mutaciones representan menos del 1% de las personas con la enfermedad de Alzheimer.

Síndrome de Down

Muchas personas con síndrome de Down desarrollan la enfermedad de Alzheimer. La razón puede ser tener tres copias del cromosoma 21 —y, por lo tanto, tres copias del gen para la proteína que conduce a la creación de beta-amiloide. Los signos y síntomas de Alzheimer tienden a aparecer de 10 a 20 años antes en personas con síndrome de Down que en la población general.

Género

Aparentemente, hay poca diferencia en el riesgo entre hombres y mujeres, pero, en general, hay más mujeres con la enfermedad porque generalmente viven más que los hombres.

Deterioro cognitivo leve

El deterioro cognitivo leve (DCL) es un declive en la memoria u otras habilidades de pensamiento que es mayor de lo que se esperaría para la edad de una persona, pero el declive no impide que la persona funcione en entornos sociales o laborales.

Las personas que tienen DCL tienen un riesgo significativo de desarrollar demencia. Cuando el déficit primario del DCL es la memoria, la condición es más probable que progrese a demencia debido a la enfermedad de Alzheimer. Un diagnóstico de DCL permite a la persona enfocarse en cambios saludables en el estilo de vida, desarrollar estrategias para compensar la pérdida de memoria y programar citas médicas regulares para monitorear los síntomas.

Trauma craneal previo

Las personas que han sufrido un trauma craneal severo tienen un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer.

Patrones de sueño deficientes

Las investigaciones han mostrado que los patrones de sueño deficientes, como la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, están asociados con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer.

Estilo de vida y salud del corazón

Las investigaciones han demostrado que los mismos factores de riesgo asociados con las enfermedades del corazón también pueden aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Estos factores incluyen:

  • Falta de ejercicio
  • Obesidad
  • Tabaquismo o exposición al humo de segunda mano
  • Hipertensión
  • Colesterol alto
  • Diabetes tipo 2 mal controlada

Todos estos factores pueden modificarse. Por lo tanto, cambiar los hábitos de estilo de vida puede alterar en cierta medida su riesgo. Por ejemplo, el ejercicio regular y una dieta saludable baja en grasas, rica en frutas y verduras, están asociados con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Aprendizaje continuo y compromiso social

Los estudios han encontrado una asociación entre la participación continua en actividades mental y socialmente estimulantes y un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Los bajos niveles de educación —menos que una educación secundaria— parecen ser un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer.

Complicaciones de la enfermedad de Alzheimer

La pérdida de memoria y lenguaje, el juicio deteriorado y otros cambios cognitivos causados por la enfermedad de Alzheimer pueden complicar el tratamiento de otras condiciones de salud. Una persona con enfermedad de Alzheimer puede no ser capaz de:

  • Comunicar que está experimentando dolor —por ejemplo, debido a un problema dental
  • Informar síntomas de otra enfermedad
  • Seguir un plan de tratamiento prescrito
  • Notar o describir efectos secundarios de los medicamentos

A medida que la enfermedad de Alzheimer progresa hacia sus últimas etapas, los cambios cerebrales comienzan a afectar funciones físicas, como la deglución, el equilibrio y el control de los intestinos y la vejiga. Estos efectos pueden aumentar la vulnerabilidad a problemas de salud adicionales tales como:

  • Inhalar comida o líquido en los pulmones
  • Neumonía y otras infecciones
  • Caídas
  • Fracturas
  • Úlceras por presión
  • Desnutrición o deshidratación
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