Los individuos de alto riesgo que caminaron regularmente observaron un retraso en el declive cognitivo de hasta 7 años.

Las personas con enfermedad de Alzheimer suelen experimentar desafíos cognitivos, como pérdida de memoria y dificultad para comunicarse, y esta condición empeora con el tiempo. Sin embargo, la actividad física regular puede ayudar a ralentizar esta progresión.
En un estudio observacional de personas en riesgo de enfermedad de Alzheimer, los investigadores encontraron una relación entre caminar entre 3,000 y 5,000 pasos al día y un retraso de tres años en el declive cognitivo, en comparación con individuos sedentarios. Para las personas que caminaron entre 5,000 y 7,500 pasos al día, el retraso parece durar incluso más tiempo: siete años. El neurólogo conductual Jasmeer Chhatwal de la Escuela de Medicina de Harvard y sus colegas reportaron estos hallazgos en la revista Nature Medicine.
Chhatwal dice que esta asociación aún necesita ser probada en un ensayo clínico, pero los resultados de su equipo insinúan algo importante. La calidad de vida de las personas con enfermedad de Alzheimer y sus familias a menudo disminuye en la etapa avanzada de la enfermedad. Él dice: Si la enfermedad puede ser retrasada, eso puede tener un gran impacto en la vida de las personas.
Deborah Barnes, una epidemióloga que estudia la demencia en la Universidad de California, San Francisco, y que no formó parte del equipo de investigación, comenta: Estudios anteriores han reportado vínculos entre la actividad física y el retraso en la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Pero este nuevo estudio identifica el conteo de pasos específico en el que comienzan a aparecer los beneficios.
El equipo de Chhatwal reportó una conexión entre el ejercicio y la reducción de la acumulación de proteínas asociadas con la enfermedad de Alzheimer en el cerebro. Barnes señala que este mecanismo ayuda a explicar cómo la actividad física puede ralentizar la progresión de la enfermedad.
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. En los Estados Unidos, la demencia afecta a más de 6 millones de personas, y el número de pacientes sigue aumentando. Con el envejecimiento de la población, los científicos proyectan que para 2060, en los EE. UU., cerca de 1 millón de adultos cada año desarrollarán demencia, aumentando el total de casos a casi 14 millones. Actualmente no hay cura. “Pero puede haber cosas que las personas pueden hacer para retrasar o prevenir la aparición de síntomas”, dice Chhatwal.
Los investigadores estudiaron aproximadamente 300 adultos de entre 50 y 90 años que mostraron ningún problema cognitivo al inicio del estudio. Registraron el conteo diario de pasos de los participantes durante una semana, evaluaron sus habilidades de pensamiento, y escanearon sus cerebros en busca de beta-amiloide, una proteína que puede señalar el inicio temprano de la enfermedad de Alzheimer.
Muchas personas con este marcador temprano temen un declive cognitivo inevitable, dice Chhatwal, pero muchas en realidad permanecen estables. Su equipo quería entender por qué algunas personas lo hacen mejor que otras.
Durante aproximadamente nueve años, los investigadores realizaron pruebas cognitivas anuales y repetieron escaneos cerebrales para medir la beta-amiloide y otra proteína: tau. Tau se acumula después de beta-amiloide y refleja la progresión de la enfermedad.
El estudio encontró que las personas en riesgo de enfermedad de Alzheimer tenían menos acumulación de tau si eran al menos moderadamente activas físicamente, en comparación con aquellos que caminaban menos de 3,000 pasos al día. Los niveles más bajos de tau se asociaron con una mejor función cognitiva. Aquellos que caminaron de 3,000 a 5,000 pasos diarios experimentaron aproximadamente un 40% menos de declive cognitivo que los participantes sedentarios.
“El mensaje clave es que los beneficios aparecen después de solo 3,000 pasos al día: aproximadamente 30 minutos de caminata”, dice Barnes.
Chhatwal espera que estos hallazgos animen a las personas con alto riesgo genético. La actividad física puede ayudar a retrasar los síntomas, y incluso pequeñas cantidades hacen una diferencia.
Fuentes de información:
- La revista Nature Medicine
- Science News




