Descripción general
Las amígdalas son dos almohadillas ovaladas de tejido ubicadas en la parte posterior de la garganta, una en cada lado. Los síntomas de la amigdalitis incluyen amígdalas inflamadas, dolor de garganta, dificultad para tragar y ganglios linfáticos sensibles en los lados del cuello.
La mayoría de los casos de amigdalitis son causados por infecciones de un virus común, aunque las infecciones bacterianas también pueden provocar amigdalitis.
Dado que el tratamiento adecuado para la amigdalitis depende de la causa, es importante obtener un diagnóstico rápido y preciso. La cirugía para remover las amígdalas, que alguna vez fue un procedimiento común para tratar la amigdalitis, generalmente se realiza solo cuando la amigdalitis ocurre con frecuencia, no responde a otros tratamientos o causa complicaciones graves.

Síntomas de la amigdalitis
La amigdalitis ocurre con mayor frecuencia en niños entre la edad preescolar y la adolescencia temprana. Los síntomas comunes de la amigdalitis incluyen:
- Amígdalas rojas e inflamadas
- Recubrimiento o manchas blancas o amarillas en las amígdalas
- Dolor de garganta
- Dificultad o dolor al tragar
- Fiebre
- Glándulas (ganglios linfáticos) agrandadas y dolorosas en el cuello
- Voz ronca
- Mal aliento
- Dolor de estómago
- Dolor de cuello o rigidez en el cuello
- Dolor de cabeza

En niños pequeños que no pueden describir cómo se sienten, los signos de amigdalitis pueden incluir:
- Salivación excesiva debido a dificultad o dolor al tragar
- Negarse a comer
- Inusual molestia
¿Cuándo deberías ver a un doctor?
Es importante obtener un diagnóstico preciso si tu hijo tiene síntomas que puedan indicar amigdalitis.
Consulta a un médico si tu hijo presenta los siguientes síntomas:
- Dolor de garganta con fiebre
- Dolor de garganta que no desaparece en 24 a 48 horas
- Dificultad o dolor al tragar
- Debilidad extrema, fatiga o irritabilidad
Busca atención médica inmediata si tu hijo tiene alguno de estos signos:
- Dificultad para respirar
- Dificultad extrema para tragar
- Salivación excesiva
¿Qué causa la amigdalitis?
La amigdalitis es más comúnmente causada por virus comunes, pero las infecciones bacterianas también pueden ser la causa.
La bacteria más común que causa amigdalitis es el Streptococcus pyogenes (estreptococo del grupo A). Esta es la bacteria que causa la faringitis estreptocócica. Otras cepas de estreptococos y otras bacterias también pueden provocar amigdalitis.
¿Por qué se infectan las amígdalas?
Las amígdalas son la primera línea de defensa del sistema inmunológico contra las bacterias y los virus que entran en la boca. Esta función puede hacer que las amígdalas sean particularmente vulnerables a infecciones e inflamaciones. La función inmunológica de las amígdalas disminuye después de la pubertad.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para la amigdalitis incluyen:
- Edad joven. La amigdalitis afecta más a menudo a los niños, y la amigdalitis causada por bacterias es más común en niños de 5 a 15 años.
- Exposición frecuente a gérmenes. Los niños en edad escolar están en contacto cercano con sus compañeros y se exponen con frecuencia a virus o bacterias que pueden causar amigdalitis.
Complicaciones de la amigdalitis
La inflamación o hinchazón de las amígdalas causada por amigdalitis frecuente puede llevar a complicaciones como:
- Interrupción de la respiración durante el sueño (apnea obstructiva del sueño)
- Infección que se propaga a los tejidos adyacentes (celulitis tonsilar)
- Infección que resulta en una acumulación de pus detrás de una amígdala (absceso peritonsilar)
Infección estreptocócica
Si la amigdalitis causada por el estreptococo del grupo A o alguna otra cepa de bacterias estreptocócicas no se trata o si el tratamiento con antibióticos es incompleto, tu hijo tiene un mayor riesgo de trastornos raros como:
- Fiebre reumática, una grave condición inflamatoria que puede afectar el corazón, las articulaciones, el sistema nervioso y la piel
- Complicaciones de la fiebre escarlatina, una infección por estreptococos caracterizada por una erupción prominente
- Inflamación del riñón (glomerulonefritis postestreptocócica)
- Artritis reactiva postestreptocócica, una condición que causa inflamación de las articulaciones
Prevención de la amigdalitis
Los gérmenes que causan amigdalitis viral y bacteriana son contagiosos. Por lo tanto, la mejor prevención es practicar una buena higiene. Enseña a tu hijo a:
- Lavar sus manos minuciosamente y con frecuencia, especialmente después de ir al baño y antes de comer
- Evitar compartir alimentos, vasos, botellas de agua o utensilios
- Cambiar el cepillo de dientes de tu hijo después de ser diagnosticado con amigdalitis
Para ayudar a tu hijo a prevenir la propagación de una infección bacteriana o viral a otros, deberías:
- Mantener a tu hijo en casa cuando esté enfermo
- Preguntar a tu médico cuándo es seguro que tu hijo vuelva a la escuela
- Enseñar a tu hijo a toser o estornudar en un pañuelo o, cuando sea necesario, en su codo
- Enseñar a tu hijo a lavarse las manos después de estornudar o toser
Diagnóstico de la amigdalitis
El médico de tu hijo comenzará con un examen físico que incluirá:
- Usar un instrumento iluminado para mirar la garganta de tu hijo y posiblemente sus oídos y nariz, que también pueden ser sitios de infección
- Comprobar si hay una erupción conocida como escarlatina, que está asociada con algunos casos de faringitis estreptocócica
- Palpar suavemente el cuello de tu hijo para buscar glándulas (ganglios linfáticos) inflamadas
- Escuchar su respiración con un estetoscopio
- Buscar aumento del bazo (para considerar la mononucleosis, que también inflama las amígdalas)
Hisopado de garganta
Con esta prueba simple, el médico frota un hisopo estéril por la parte posterior de la garganta de tu hijo para obtener una muestra de secreciones. La muestra se verificará en la clínica o en un laboratorio para detectar bacterias estreptocócicas.
Muchas clínicas están equipadas con un laboratorio que puede obtener resultados de la prueba dentro de unos minutos. Sin embargo, una segunda prueba más confiable generalmente se envía a un laboratorio que puede devolver resultados dentro de varias horas o un par de días.
Si la prueba rápida en la clínica da positivo, entonces tu hijo casi seguramente tiene una infección bacteriana. Si la prueba da negativa, entonces tu hijo probablemente tiene una infección viral. Sin embargo, tu médico esperará el resultado de la prueba de laboratorio más confiable para determinar la causa de la infección.
Hemograma completo (CBC)
Tu médico puede ordenar una prueba de CBC con una pequeña muestra de sangre de tu hijo. El resultado de esta prueba, que a menudo se puede completar en una clínica, produce un conteo de los diferentes tipos de células sanguíneas. El perfil de lo que está elevado, lo que es normal o lo que está por debajo de lo normal puede indicar si una infección es más probable que sea causada por un agente bacteriano o viral. No se necesita a menudo un CBC para diagnosticar faringitis estreptocócica. Sin embargo, si la prueba de laboratorio para faringitis estreptocócica es negativa, el CBC puede ser necesario para ayudar a determinar la causa de la amigdalitis.
Tratamiento de la amigdalitis
Cuidados en casa
Tanto si la amigdalitis es causada por una infección viral como bacteriana, el cuidado en casa puede hacer que tu hijo se sienta más cómodo y promover una mejor recuperación.
Si se espera que un virus sea la causa de la amigdalitis, estas estrategias son el único tratamiento. Tu médico no recetará antibióticos. Es probable que tu hijo se mejore en un plazo de siete a 10 días.
Los cuidados en casa durante el tiempo de recuperación incluyen las siguientes medidas:
- Fomentar el descanso. Anima a tu hijo a dormir lo suficiente.
- Proveer líquidos adecuados. Dale a tu hijo mucha agua para mantener su garganta húmeda y prevenir la deshidratación.
- Proveer alimentos y bebidas reconfortantes. Líquidos tibios —caldo, té sin cafeína o agua tibia con miel— y golosinas frías como polos pueden aliviar el dolor de garganta.
- Preparar un enjuague de agua salada. Si tu hijo puede hacer gárgaras, un enjuague de agua salada de 1/2 cucharadita (2.5 mililitros) de sal de mesa en 8 onzas (237 mililitros) de agua tibia puede ayudar a aliviar un dolor de garganta. Haz que tu hijo haga gárgaras con la solución y luego la escupa.
- Humidificar el aire. Usa un humidificador de aire frío para eliminar el aire seco que puede irritar más la garganta, o siéntate con tu hijo durante varios minutos en un baño con vapor.
- Ofrecer caramelos para la tos. Los niños mayores de 4 años pueden chupar caramelos para aliviar el dolor de garganta.
- Evitar irritantes. Mantén tu hogar libre de humo de cigarrillo y productos de limpieza que puedan irritar la garganta.
- Tratar el dolor y la fiebre. Habla con tu médico sobre el uso de ibuprofeno (Advil, Children’s Motrin) o acetaminofén (Tylenol) para minimizar el dolor de garganta y controlar la fiebre. Las fiebras bajas sin dolor no requieren tratamiento. A menos que la aspirina sea prescrita por un médico para tratar una enfermedad particular, los niños y adolescentes no deben tomar aspirina. El uso de aspirina por niños para tratar síntomas de resfriados o gripes ha sido relacionado con el síndrome de Reye, una condición poco común pero potencialmente mortal.
Antibióticos
Si la amigdalitis es causada por una infección bacteriana, tu médico prescribirá un ciclo de antibióticos. La penicilina tomada por vía oral durante 10 días es el tratamiento antibiótico más común prescrito para la amigdalitis causada por estreptococos del grupo A. Si tu hijo es alérgico a la penicilina, tu médico prescribirá un antibiótico alternativo.
Tu hijo debe tomar el ciclo completo de antibióticos según lo prescrito, incluso si los síntomas desaparecen por completo. No completar toda la medicación como se indica puede resultar en un empeoramiento o propagación de la infección a otras partes del cuerpo. No terminar el ciclo completo de antibióticos puede, en particular, aumentar el riesgo de fiebre reumática y una inflamación renal grave.
Habla con tu médico o farmacéutico sobre qué hacer si olvidas darle a tu hijo una dosis.
Cirugía
La cirugía para remover las amígdalas (tonsillectomía) puede utilizarse para tratar amigdalitis recurrentes frecuentes, amigdalitis crónica o amigdalitis bacteriana que no responde al tratamiento con antibióticos. La amigdalitis frecuente se define generalmente como:
- Al menos siete episodios de amigdalitis en el año anterior
- Al menos cinco episodios de amigdalitis al año en los últimos dos años
- Al menos tres episodios de amigdalitis al año en los últimos tres años
Una tonsilectomía también puede realizarse si la amigdalitis resulta en complicaciones difíciles de manejar, como:
- Apnea obstructiva del sueño
- Dificultad para respirar
- Dificultad para tragar, especialmente carnes y otros alimentos consistentes
- Un absceso que no mejora con el tratamiento antibiótico
Una tonsilectomía generalmente se realiza como un procedimiento ambulatorio, a menos que tu hijo sea muy joven, tenga una afección médica compleja o si surgen complicaciones durante la cirugía. Esto significa que tu hijo debería poder volver a casa el día de la cirugía. Una recuperación completa suele tardar entre siete y 14 días.
Preparación para una cita con un médico
Si tu hijo está experimentando dolor de garganta, dificultad para tragar u otros síntomas que puedan indicar amigdalitis, deberás contactar a un médico. Es posible que te deriven a un especialista en enfermedades de oído, nariz y garganta.
Es probable que tu médico te haga varias preguntas sobre la condición de tu hijo. Prepárate para responder las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
- Si tu hijo tiene fiebre, ¿cuál fue su temperatura?
- ¿Tu hijo tiene dificultad para tragar alimentos, o le duele al tragar?
- ¿Hay algo que mejore los síntomas, como un analgésico de venta libre o líquidos tibios?
- ¿Tu hijo ha sido diagnosticado previamente con amigdalitis o faringitis estreptocócica? Si es así, ¿cuándo?
- ¿Los síntomas parecen afectar el sueño de tu hijo?
- ¿Tu hijo ha estado expuesto a alguien conocido que tenga faringitis estreptocócica?
Preguntas que podrías querer hacerle a tu médico incluyen:
- ¿Cuánto tiempo tomará obtener los resultados de las pruebas?
- ¿Cuál es el mejor curso de tratamiento?
- ¿Cuándo podrá mi hijo volver a la escuela o retomar otras actividades?




