El virus de la hepatitis B se transmite cuando la sangre, el semen u otro fluido corporal de una persona infectada entra en el cuerpo de otra persona. Debido a que este virus es extremadamente infeccioso (de 50 a 100 veces más infeccioso que el VIH), incluso un contacto directo breve podría ser suficiente para causar una infección.
El virus de la hepatitis B causa hepatitis B, una forma de infección hepática. Existen diversas maneras en que se puede transmitir este virus, incluidas las siguientes.
Tener relaciones sexuales
Tener relaciones sexuales sin protección con alguien infectado es la forma más común de transmitir hepatitis B en muchos países, incluidos los países desarrollados. Casi dos tercios de las infecciones por hepatitis B en los EE. UU. se propagan a través del contacto sexual. Además de en la sangre, se ha encontrado el virus en el semen y los fluidos vaginales.
Inyección de drogas
Los consumidores de drogas que comparten jeringas y equipo para drogas tienen un alto riesgo de infectarse con el virus de la hepatitis B. Se estima que alrededor del 16 por ciento de las nuevas infecciones por hepatitis B se deben al uso de drogas intravenosas.
Transmisión de madre a bebé
En los países con altas tasas de hepatitis B, la transmisión de madre a bebé (también llamada transmisión perinatal) es una de las principales causas de nuevas infecciones. En algunos lugares, hay un gran problema de salud pública porque un número significativo de madres infectan a sus bebés, y esos bebés tienen una mayor probabilidad de desarrollar una infección crónica en comparación con las personas que se infectan en la edad adulta. Sin embargo, si se dispone de atención médica adecuada, medidas preventivas efectivas (la vacuna contra la hepatitis B y la inmunoglobulina humana antihepatitis B) pueden prevenir la mayoría de las infecciones infantiles.
Exposición en el hogar
Vivir con alguien que tiene hepatitis B crónica aumenta el riesgo de infectarse. La infección puede ocurrir debido al uso compartido de ciertos artículos del hogar. Cualquier cosa que contenga sangre y fluidos corporales infectados tiene el potencial de propagar el virus de la hepatitis B. Dado que el virus puede vivir fuera del cuerpo durante un tiempo, ciertos objetos, como cuchillas de afeitar, cepillos de dientes y cortaúñas, son posibles vehículos de transmisión.
Cómo prevenir la transmisión
El 2% – 6% de los adultos infectados con el virus de la hepatitis B desarrollarán hepatitis B crónica. La hepatitis B crónica puede llevar a una insuficiencia hepática y cáncer de hígado, por lo que es importante cuidarse.
La vacuna contra la hepatitis B es una forma segura y efectiva de protegerse contra la infección por hepatitis B a largo plazo. La vacuna es 90% efectiva para prevenir la infección en aquellos que reciben la serie completa de vacunación.
Si bien cualquier persona puede beneficiarse de la vacuna, se alienta especialmente a las personas que corren un mayor riesgo de exposición al virus (debido a su trabajo, estilo de vida o antecedentes médicos) a que se inmunicen.
En muchos países, los niños son inmunizados desde la infancia porque estuvieron expuestos en el nacimiento o porque se beneficiaron de un programa de vacunación infantil contra la hepatitis B.
La inmunoglobulina antihepatitis B (HBIG) es otra manera de prevenir la infección por hepatitis B. HBIG utiliza anticuerpos concentrados para proporcionar protección inmediata. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la HBIG se inyecta para proteger contra la hepatitis B a corto plazo. Este medicamento debe ser administrado solo bajo la supervisión de su médico.
Dado que la vacuna contra la hepatitis B no protege contra el VIH, la hepatitis C u otras enfermedades que se transmiten a través del sexo y el contacto con sangre, sigue siendo importante continuar utilizando estrategias de protección básicas. Es necesario practicar sexo seguro y no compartir agujas, incluso si usted es inmune a la hepatitis B.
