La angina es un dolor en el pecho causado por la reducción del flujo sanguíneo hacia el músculo cardíaco. La angina generalmente no es una amenaza para la vida, pero es una señal de advertencia de que podrías estar en riesgo de un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular. Este artículo explica cómo se diagnostica la angina y qué debes hacer para prepararte para un diagnóstico de angina.
Síntomas de la angina
Los síntomas de la angina no siempre están presentes, ya que en momentos de baja demanda de oxígeno, por ejemplo, cuando se está en reposo, el músculo cardíaco puede funcionar con la cantidad reducida de flujo sanguíneo sin desencadenar síntomas. Sin embargo, cuando tu corazón no recibe suficiente oxígeno (por ejemplo, durante el ejercicio), se desencadenan los síntomas de angina.
Los signos y síntomas de la angina incluyen:
- dolor o malestar en el pecho, a menudo descrito como presión de apretón, opresión o un peso pesado en el centro del pecho
- dolor o malestar en los brazos, cuello, mandíbula, hombro o espalda
- dolor similar a la indigestión o acidez estomacal
- falta de aliento y cansancio
- náuseas, sudoración y mareos.
La gravedad, duración y tipo de angina pueden variar. Es importante reconocer nuevos o diferentes síntomas, ya que pueden señalar angina inestable o un ataque al corazón.

En algunos casos, las mujeres con angina pueden no experimentar síntomas de presión o malestar en el pecho, lo que puede hacer que retrasen la búsqueda de tratamiento.
¿Cómo se diagnostica la angina?
Para diagnosticar la angina, tu médico comenzará realizando un examen físico y preguntando sobre tus síntomas. También te preguntará sobre factores de riesgo, incluyendo si tienes antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
Hay varias pruebas que tu médico puede ordenar para ayudar a confirmar si tienes angina o no:
- Electrocardiograma (ECG o EKG). Cada latido de tu corazón es desencadenado por un impulso eléctrico generado por células especiales en tu corazón. Un electrocardiograma registra estas señales eléctricas mientras viajan a través de tu corazón. Tu médico puede buscar patrones entre estos latidos del corazón para ver si el flujo sanguíneo a través de tu corazón se ha ralentizado o interrumpido, o si estás teniendo un ataque al corazón.
- Prueba cuando haces ejercicio. A veces, la angina es más fácil de diagnosticar cuando tu corazón está trabajando más duro. Durante esta prueba, haces ejercicio caminando en una cinta o pedaleando una bicicleta estática. Tu presión arterial y lecturas de ECG se monitorean mientras haces ejercicio. Otras pruebas también pueden realizarse al mismo tiempo que esta prueba. Si no puedes hacer ejercicio, es posible que se te administren medicamentos que hagan que tu corazón trabaje más duro para simular el ejercicio, seguido de una prueba de imagen.
- Echocardiograma. Un ecocardiograma utiliza ondas sonoras para producir imágenes del corazón. Tu médico puede usar estas imágenes para identificar problemas relacionados con la angina, incluido el daño al músculo cardíaco debido a un flujo sanguíneo deficiente. Un ecocardiograma se puede realizar durante una prueba de esfuerzo, y esto puede mostrar si hay áreas de tu corazón que no están recibiendo suficiente sangre.
- Prueba con una sustancia radiactiva. Esta prueba ayuda a medir el flujo sanguíneo hacia el músculo cardíaco en reposo y durante el estrés. Es similar a una prueba de ejercicio, pero durante esta prueba, se inyecta una sustancia radiactiva en tu torrente sanguíneo. Esta sustancia se mezcla con tu sangre y viaja hacia tu corazón. Un escáner especial — que detecta el material radiactivo en tu corazón — muestra cómo se mueve la sustancia con la sangre en el músculo cardíaco. Un flujo sanguíneo deficiente a cualquier parte de tu corazón puede verse en las imágenes porque no está llegando tanta sustancia radiactiva allí.
- Radiografía de pecho. Esta prueba toma imágenes de tu corazón y pulmones. Se realiza para buscar otras condiciones que puedan explicar tus síntomas y para ver si tienes un corazón agrandado o no.
- Pruebas de sangre. Ciertas enzimas cardíacas se filtran lentamente en tu sangre si tu corazón ha sido dañado por un ataque al corazón. Se pueden analizar muestras de tu sangre para detectar la presencia de estas enzimas.
- Angiografía coronaria. La angiografía coronaria utiliza imágenes de rayos X para examinar el interior de los vasos sanguíneos de tu corazón. Es parte de un grupo general de procedimientos conocidos como cateterismo cardíaco. Durante la angiografía coronaria, se inyecta un tipo de tinte visible por la máquina de rayos X en los vasos sanguíneos de tu corazón. La máquina de rayos X toma rápidamente una serie de imágenes (angiogramas), ofreciendo una vista detallada del interior de tus vasos sanguíneos.
- Tomografía computarizada (CT) cardíaca. En una tomografía computarizada cardíaca, te tumbas en una mesa dentro de una máquina con forma de rosquilla. Un tubo de rayos X dentro de la máquina gira alrededor de tu cuerpo y recolecta imágenes de tu corazón y pecho, lo que puede mostrar si alguna de las arterias de tu corazón está estrecha o si tu corazón está agrandado.
- Resonancia magnética (MRI) cardíaca. En una resonancia magnética cardíaca, te tumbas en una mesa dentro de una máquina larga y tubular que produce imágenes detalladas de la estructura de tu corazón y sus vasos sanguíneos.
Preparación para una cita con el médico
Si estás experimentando un dolor en el pecho repentino (angina inestable), llama a un número de emergencia de inmediato.
Si crees que puedes tener angina recurrente debido a que tus síntomas son breves y solo ocurren durante el ejercicio, o si te preocupa el riesgo de angina debido a un fuerte historial familiar, solicita una cita con tu médico de atención primaria. Si se encuentra la angina tempranamente, es posible que tu tratamiento sea más fácil y efectivo.
Dado que las citas pueden ser breves y a menudo hay mucho que discutir, deberías prepararte para tu cita. Aquí hay información que te ayudará a estar listo.
Qué debes hacer
- Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita. En el momento en que hagas la cita, asegúrate de preguntar si hay algo que necesitas hacer de antemano, como restringir tu dieta. Por ejemplo, para un análisis de sangre para comprobar tu colesterol u otros indicadores de enfermedades cardíacas, es posible que necesites ayunar durante un periodo de tiempo previo.
- Anota cualquier síntoma que estés experimentando, incluyendo cualquier síntoma que pueda parecer no relacionado con la angina.
- Anota información personal clave, incluyendo cualquier antecedente familiar de angina, dolor en el pecho, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, hipertensión o diabetes, así como cualquier estrés importante o cambios de vida recientes.
- Haz una lista de todos los medicamentos, vitaminas o suplementos que estés tomando.
- Lleva a un amigo o familiar contigo a la cita. A veces puede resultar difícil recordar toda la información proporcionada, y esta persona puede ayudarte a recordar detalles importantes que pasaste por alto o olvidaste.
- Prepárate para discutir tus hábitos de dieta y ejercicio. Si no sigues un régimen de dieta o ejercicio, prepárate para hablar con tu médico sobre cualquier desafío que puedas enfrentar para comenzar.
- Escribe una lista de preguntas para hacerle a tu médico.
Tu tiempo con el médico es limitado, así que preparar una lista de preguntas te ayudará a obtener la mayor cantidad de información. Para la angina, algunas preguntas básicas que deberías hacerle a tu médico incluyen:
- ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
- ¿Qué tipo de pruebas necesitaré? ¿Cómo debo prepararme para estas pruebas?
- ¿Qué métodos de tratamiento están disponibles y cuál método recomiendas?
- ¿Qué alimentos debo comer o evitar?
- ¿Cuál es un nivel apropiado de actividad física?
- Tengo otras condiciones de salud. ¿Cómo puedo manejar mejor estas condiciones de salud juntas?
- ¿Con qué frecuencia necesito hacer un seguimiento contigo sobre mi angina?
- ¿Hay un medicamento genérico alternativo al que me estás recetando?
Además de las preguntas que has preparado para hacerle a tu médico, no dudes en hacer preguntas durante tu cita.
Lo que tu médico puede preguntar
Tu médico probablemente te hará estas preguntas:
- ¿Cuándo comenzaste a experimentar síntomas por primera vez?
- ¿Es dolor? ¿Malestar en el pecho? ¿Sensación de opresión? ¿Sensación de peso pesado en el pecho? ¿Sensación de dolor agudo?
- ¿Dónde se localiza el dolor?
- ¿El dolor se irradia hacia tu cuello y brazos? ¿Cómo y cuándo comenzó el dolor? ¿Hubo algo específico que desencadenó el dolor? ¿El dolor comienza gradualmente y aumenta o comienza de repente?
- ¿Cuánto tiempo dura el dolor?
- ¿Qué empeora el dolor? ¿Actividad? ¿Respiración? ¿Movimiento del cuerpo?
- ¿Qué alivia el dolor? ¿Descanso? ¿Respiración profunda? ¿Sentarse?
- ¿Tienes otros síntomas junto con el dolor, como náuseas o mareos?
- ¿Tienes dificultad para tragar?
- ¿Sueles tener acidez estomacal? (La acidez estomacal puede ser similar a la sensación de la angina.)
Lo que puedes hacer mientras esperas
Nunca es demasiado temprano para hacer cambios saludables en tu estilo de vida, como dejar de fumar, comer alimentos saludables y ser más activo físicamente. Estas son líneas de defensa primarias contra la angina y sus complicaciones, incluido un ataque al corazón y un accidente cerebrovascular.