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Valores anormales de pruebas hepáticas y fatiga: Causas y tratamiento

Los valores anormales en las pruebas de hígado y la fatiga a menudo aparecen juntos en personas con disfunción hepática. Estos dos signos pueden indicar problemas en el hígado, ya sean tempranos o avanzados, dependiendo de la causa. El hígado desempeña un papel vital en el metabolismo energético, almacenamiento de nutrientes, eliminación de toxinas y digestión. Cuando la función hepática se ve afectada, los niveles de energía disminuyen y se acumulan productos de desecho. Como resultado, se desarrolla la fatiga y las pruebas de sangre del hígado comienzan a mostrar valores anormales.

Valores anormales de pruebas hepáticas y fatiga: Causas y tratamiento
Fatiga y resultados anormales de pruebas hepáticas

Entendiendo las pruebas de hígado y su importancia

Las pruebas de hígado son análisis de sangre que miden enzimas, proteínas y sustancias producidas o procesadas por el hígado. Estas pruebas incluyen los niveles de alanina aminotransferasa (ALT), aspartato aminotransferasa (AST), fosfatasa alcalina (ALP), gama-glutamil transferasa (GGT), bilirrubina y albúmina. Las elevaciones o disminuciones en estos valores indican problemas en las células del hígado, en el flujo biliar o en la función sintética del hígado.

  • El aumento de ALT y AST sugiere daño en las células del hígado. Estas enzimas se filtran en la sangre cuando las células hepáticas se dañan.
  • Los niveles elevados de ALP y GGT a menudo indican obstrucción de los conductos biliares o colestasis, una condición en la que el flujo biliar se bloquea o se ralentiza.
  • Un aumento de bilirrubina sugiere un flujo biliar deficiente o una descomposición de glóbulos rojos que excede la capacidad del hígado.
  • Bajos niveles de albúmina o un tiempo de protrombina prolongado reflejan una síntesis hepática comprometida, especialmente en enfermedades hepáticas crónicas.

Los valores anormales en las pruebas de hígado pueden aparecer antes de que se desarrollen síntomas físicos. En algunas personas, el único signo de disfunción hepática es la fatiga persistente.

Cómo la disfunción hepática causa fatiga

La fatiga en la enfermedad hepática surge de varios mecanismos. El hígado normalmente convierte los nutrientes en energía, elimina toxinas, regula hormonas y ayuda a controlar el sistema inmunológico. Cuando las células hepáticas se dañan, estas funciones disminuyen, lo que resulta en fatiga.

  • Metabolismo energético comprometido: El hígado almacena y libera glucosa según sea necesario. En la disfunción hepática, la regulación de la glucosa falla, lo que conlleva a hipoglucemia y fatiga.
  • Acumulación de toxinas: El hígado filtra toxinas y subproductos de la sangre. En la disfunción hepática, el amoníaco y otros productos de desecho se acumulan y afectan el cerebro, causando cansancio y dificultad para concentrarse.
  • Desequilibrio hormonal: El hígado descompone hormonas. La enfermedad hepática puede resultar en exceso de estrógenos, resistencia a la insulina o disfunción tiroidea; todos estos problemas reducen los niveles de energía.
  • Inflamación crónica: Las citoquinas inflamatorias liberadas en la enfermedad hepática interrumpen la función cerebral y aumentan la sensación de agotamiento.
  • Pobre absorción de nutrientes: En enfermedades hepáticas avanzadas o colestasis, las vitaminas y nutrientes solubles en grasa no se absorben adecuadamente, lo que lleva a desnutrición y fatiga.

La fatiga se agrava en personas que tienen enfermedad hepática crónica subyacente, como hepatitis B o C, enfermedad hepática alcohólica, enfermedad del hígado graso no alcohólica o cirrosis.

Causas de valores anormales en las pruebas hepáticas acompañados de fatiga

Varias condiciones pueden producir tanto valores anormales en las pruebas hepáticas como fatiga. Estas condiciones varían en gravedad y duración. Causas comunes incluyen:

  • Hepatitis viral: Las infecciones por hepatitis B o C a menudo causan inflamación crónica del hígado. Muchas personas se sienten cansadas durante algunas semanas antes de que aparezcan otros síntomas.
  • Enfermedad del hígado graso no alcohólica: La acumulación de grasa en las células del hígado afecta la función. Esta condición ocurre comúnmente en personas con obesidad, diabetes o síndrome metabólico. La fatiga a menudo se convierte en el síntoma principal.
  • Enfermedad hepática relacionada con el alcohol: El alcohol en exceso daña las células del hígado. Las personas con hepatitis alcohólica o cirrosis temprana a menudo reportan baja energía y resultados anormales de enzimas hepáticas.
  • Hepatitis autoinmune: El sistema inmunológico ataca erróneamente las células del hígado. La sensación de fatiga puede ocurrir incluso cuando los niveles de enzimas son solo ligeramente elevados.
  • Hemocromatosis y enfermedad de Wilson: Estos trastornos genéticos causan acumulación de hierro o cobre en el hígado, lo que conduce a daño celular, fatiga e involucramiento de múltiples órganos.
  • Lesión hepática inducida por medicamentos: Algunos fármacos, incluidos antibióticos, medicamentos anticonvulsivos y estatinas, pueden dañar las células del hígado y desencadenar fatiga. Los resultados de las pruebas hepáticas se vuelven anormales poco después de usar estos medicamentos.
  • Cáncer de hígado o metástasis: En etapas avanzadas, los tumores interrumpen la función del hígado y producen fatiga, pérdida de peso y niveles anormales de enzimas.
Hígado saludable (el dibujo de arriba) y enfermedad del hígado graso no alcohólico
Hígado saludable (el dibujo de arriba) y enfermedad del hígado graso no alcohólico

La presencia conjunta de valores anormales en las pruebas de hígado y fatiga a menudo indica un proceso crónico. La identificación oportuna de la causa permite un tratamiento más temprano y ralentiza la progresión de la enfermedad.

Cómo investigan los médicos este problema

Cuando ocurren juntos los valores anormales en las pruebas de hígado y la fatiga, los médicos evalúan el cuadro clínico completo.

  • Revisión de la historia clínica: Los médicos preguntan sobre el consumo de alcohol, exposición a medicamentos, riesgo de hepatitis viral, antecedentes familiares y viajes.
  • Examen físico: Los médicos buscan signos de enfermedad hepática crónica, como ictericia, hígado agrandado, acumulación de líquido o venas en araña.
  • Análisis de sangre: Las pruebas adicionales incluyen pruebas para buscar marcadores del virus de la hepatitis, anticuerpos autoinmunes, estudios de hierro y pruebas metabólicas.
  • Estudios de imagen: Ecografía, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) ayudan al médico a detectar cambios en la textura del hígado, acumulación de grasa o tumores.
  • Biopsia hepática: En algunos casos, los médicos toman una pequeña muestra de tejido hepático para examinarla bajo un microscopio. La biopsia hepática ayuda a evaluar la inflamación, fibrosis o patrones específicos de enfermedad.

Los médicos necesitan identificar si el daño hepático es leve, moderado o severo, y si puede ser revertido o estabilizado.

Opciones de tratamiento

El tratamiento depende de la causa exacta de la disfunción hepática. La mayoría de las causas pueden ser manejadas o ralentizadas cuando se detectan temprano.

  • Hepatitis viral: Los medicamentos antivirales pueden suprimir o eliminar el virus, permitiendo la recuperación del hígado.
  • Enfermedad del hígado graso: La pérdida de peso, el ejercicio y el control de la diabetes o el colesterol mejorarán los niveles de enzimas hepáticas y reducirán la fatiga.
  • Enfermedad relacionada con el alcohol: La completa evitación del alcohol conduce a una mejora tanto en los resultados de las pruebas hepáticas como en los niveles de energía.
  • Hepatitis autoinmune: Los medicamentos inmunosupresores reducen la inflamación y mejoran la fatiga.
  • Sobre carga de hierro o cobre: La terapia de quelación o la donación de sangre ayudan a eliminar metales en exceso.
  • Lesión inducida por medicamentos: Interrumpir el medicamento responsable permite que las enzimas hepáticas regresen a la normalidad.

Los médicos también recomiendan métodos de tratamiento de apoyo como:

  • Seguir una dieta equilibrada y rica en proteínas para restaurar la función hepática
  • Descansar y dormir adecuadamente
  • Manejar condiciones coexistentes como anemia o disfunción tiroidea
  • Evitar el consumo de alcohol, suplementos herbales o medicamentos innecesarios

En casos de cirrosis o falla hepática, puede ser necesaria un trasplante de hígado para restaurar la función del hígado y aliviar la fatiga.

¿Cuándo se debe buscar atención médica?

Busque atención médica si aparece alguno de los siguientes signos junto con fatiga persistente:

  • Coloración amarillenta de la piel o los ojos
  • Orina de color oscuro o heces pálidas
  • Náuseas persistentes o malestar abdominal
  • Pérdida de peso inexplicada
  • Hinchazón en las piernas o el abdomen
  • Sangrado omoretones fáciles

Estos síntomas indican un empeoramiento de la función hepática. La evaluación médica temprana puede prevenir complicaciones graves.

En resumen, los valores anormales de las pruebas hepáticas y la fatiga a menudo señalan un trastorno hepático subyacente. Estos signos pueden aparecer solos o como parte de una condición más grave del hígado. El papel del hígado en el equilibrio energético, la desintoxicación y el metabolismo explica por qué la fatiga se convierte en un síntoma clave cuando la función hepática disminuye. La identificación de la causa a través de pruebas adecuadas y la acción temprana mejoran la salud del hígado, restauran los niveles de energía y previenen daños a largo plazo.

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