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Piel pálida, náuseas frecuentes en personas mayores

A medida que envejecemos, experimentamos una variedad de cambios en nuestra salud y fisiología. Entre estos cambios, muchas personas mayores informan tener piel pálida y a menudo experimentan náuseas al comer carne y pescado. Esta combinación de síntomas puede causar ansiedad y afectar su calidad de vida. A continuación se presentan las causas comunes y la información sobre diagnóstico y tratamiento para esta condición.

Piel pálida, náuseas frecuentes en personas mayores
Una mujer mayor con piel pálida

Causas de piel pálida y náuseas frecuentes al comer carne y pescado en los ancianos

1. Anemia: una causa común de piel pálida

La anemia es una deficiencia de glóbulos rojos o hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es la proteína responsable de transportar oxígeno a lo largo del cuerpo. Sin suficiente oxígeno en los tejidos, el cuerpo puede mostrar síntomas como piel pálida, fatiga y mareos.

A medida que envejecemos, la capacidad del cuerpo para producir glóbulos rojos disminuye, lo que puede llevar a la anemia. El tipo más común de anemia en los ancianos es la anemia por deficiencia de hierro, pero la anemia también puede ser causada por deficiencias de vitamina B12 o ácido fólico, enfermedades crónicas o pérdida de sangre.

El dibujo de la derecha ilustra la anemia.
El dibujo de la derecha ilustra la anemia.

Las personas con anemia por deficiencia de hierro pueden tener más dificultades para digerir o tolerar la carne. La carne es una de las principales fuentes de hierro hemo, que es fácilmente absorbido por el cuerpo. Si una persona mayor no está obteniendo suficiente hierro, puede tener problemas para digerir o tolerar la carne, lo que lleva a náuseas. Este problema puede agravarse si tienen condiciones gastrointestinales que interfieren con la absorción de nutrientes.

Diagnóstico de anemia

El diagnóstico de anemia se lleva a cabo mediante análisis de sangre para medir:

  • Niveles de hemoglobina
  • Recuento de glóbulos rojos
  • Ferritina sérica (para conocer los niveles de hierro)
  • Niveles de vitamina B12 y ácido fólico

Un hemograma completo ayudará a determinar el número y el tamaño de los glóbulos rojos, indicando si está presente la anemia.

Tratamiento de la anemia

El tratamiento depende del tipo y la causa de la anemia:

  • Anemia por deficiencia de hierro: Suplementos orales de hierro o hierro intravenoso (en casos severos) pueden ayudar a restaurar los niveles de hierro. También se recomiendan cambios dietéticos, como aumentar la ingesta de alimentos ricos en hierro (carne roja, vegetales de hojas verdes, frijoles).
  • Deficiencia de vitamina B12: Las inyecciones de B12 o suplementos de B12 se utilizan generalmente para tratar una deficiencia de B12, y también se sugieren cambios dietéticos (aumentar la ingesta de carne, productos lácteos y cereales fortificados).
  • Anemia relacionada con enfermedades crónicas: Tratar la enfermedad crónica subyacente, como el manejo de la enfermedad renal o la inflamación crónica, puede mejorar los síntomas de la anemia.

2. Problemas digestivos: incapacidad para tolerar carne y pescado

A medida que envejecemos, el sistema digestivo experimenta cambios que pueden afectar cómo se procesan ciertos alimentos, especialmente la carne y el pescado. Estos problemas digestivos pueden llevar a náuseas, hinchazón y malestar al comer estos alimentos.

Las personas mayores a menudo tienen una producción reducida de ácido gástrico, lo que puede dificultar la digestión de alimentos ricos en proteínas como la carne y el pescado. El estómago necesita un ambiente ácido para descomponer las proteínas, y sin suficiente ácido, las proteínas no se digerirán completamente, causando malestar y náuseas. Además, los adultos mayores a menudo tienen un vaciamiento gástrico más lento, lo que significa que la comida permanece en el estómago por más tiempo, contribuyendo a náuseas después de las comidas.

Además, condiciones como la gastritis (inflamación de la mucosa gástrica), úlceras pépticas o cálculos biliares no diagnosticados pueden exacerbar las náuseas después de consumir alimentos grasos como la carne y el pescado.

a) Producción reducida de ácido estomacal (hipoclorhidria)

El ácido del estómago (ácido clorhídrico) juega un papel crítico en la descomposición de proteínas en el estómago. Este ácido activa la pepsina, una enzima que inicia el proceso de digestión de proteínas, y ayuda a eliminar bacterias dañinas que podrían entrar con los alimentos. A medida que las personas envejecen, la producción de ácido estomacal suele disminuir. Esta condición se conoce como hipoclorhidria.

Cuando el ácido estomacal es bajo, el estómago puede tener dificultades para descomponer las proteínas en carne y pescado. Las proteínas no digeridas pueden causar malestar y náuseas al permanecer en el estómago por períodos prolongados. Además, las proteínas no digeridas pueden fermentar o interactuar con las bacterias en el estómago, llevando a hinchazón abdominal, y potencialmente irritación adicional de la mucosa gástrica, lo que exacerba las náuseas.

Un médico puede usar pruebas como la prueba de Heidelberg, que mide el pH del estómago, o realizar una prueba de pH gástrico para evaluar los niveles de ácido.

Tratamiento: Los antiácidos o inhibidores de la bomba de protones (IBPs), que reducen la producción de ácido, se utilizan generalmente para tratar el reflujo ácido, pero pueden ser prescritos con precaución para equilibrar los niveles de ácido estomacal. Alternativamente, los suplementos de enzimas digestivas pueden ayudar en la digestión de proteínas.

b) Gastritis (inflamación de la mucosa gástrica)

La gastritis es una inflamación de la mucosa gástrica, a menudo causada por infecciones bacterianas (como Helicobacter pylori), uso crónico de analgésicos, consumo excesivo de alcohol o estrés. La mucosa gástrica se irrita, volviéndose más sensible a ciertos alimentos, especialmente a los ricos en proteínas como la carne y el pescado, que requieren una digestión significativa en el estómago.

Gastritis
Gastritis

La irritación causada por la gastritis lleva a un aumento en las secreciones gástricas, que pueden provocar molestias estomacales, dolor y náuseas. La carne y el pescado, que son altos en proteínas, tardan más en digerir y pueden agravar la inflamación. Las proteínas no digeridas también pueden desencadenar la producción de ácido gástrico excesivo, empeorando las náuseas y el malestar.

Diagnóstico: La gastritis se puede diagnosticar mediante una gastroscopia, donde se utiliza una cámara para buscar inflamación o úlceras en el estómago. Las pruebas de sangre también pueden detectar infección por Helicobacter pylori.

Tratamiento: El tratamiento generalmente incluye antibióticos si Helicobacter pylori está presente, o IBPs y bloqueadores H2 para reducir el ácido estomacal. Además, los cambios dietéticos para evitar alimentos picantes, grasos y ácidos pueden ayudar a controlar los síntomas.

c) Úlceras pépticas

Las úlceras pépticas son llagas abiertas que se desarrollan en el revestimiento del estómago o el duodeno (la primera parte del intestino delgado). Estas úlceras son a menudo causadas por una infección con la bacteria Helicobacter pylori o el uso prolongado de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs). Estas úlceras pueden agravarse por la naturaleza ácida de los alimentos, especialmente los ricos en proteínas como la carne y el pescado, que aumentan la producción de ácido estomacal durante la digestión.

Úlceras pépticas
Úlceras pépticas

Cuando se consume carne o pescado, el estómago secreta más ácido para ayudar en la digestión. Este exceso de ácido puede irritar la úlcera, provocando dolor y náuseas. Además, el revestimiento protector del estómago se debilita alrededor de la úlcera, y los alimentos no digeridos pueden causar más malestar, desencadenando náuseas.

Diagnóstico: El diagnóstico se confirma generalmente con una endoscopia, que permite al médico examinar las úlceras directamente. Un análisis de sangre o una prueba de aliento de urea pueden confirmar la presencia de Helicobacter pylori.

Tratamiento: A menudo se utiliza una combinación de IBPs o bloqueadores H2 y antibióticos para reducir el ácido estomacal si la úlcera es causada por Helicobacter pylori. En algunos casos, pueden ser necesarios cambios en el estilo de vida (evitar AINEs, alcohol y fumar).

d) Cálculos biliares

La vesícula biliar almacena bilis, que ayuda a descomponer las grasas en el sistema digestivo. Los cálculos biliares son depósitos endurecidos de bilis que pueden bloquear los conductos biliares, impidiendo que la bilis llegue al intestino. Cuando se consumen alimentos ricos en grasas, como la carne y el pescado, estimulan a la vesícula biliar para liberar bilis y ayudar a la digestión. Si los cálculos biliares bloquean los conductos biliares, la bilis no puede liberarse adecuadamente, lo que lleva a malestar y náuseas.

Diagnóstico: Generalmente se utiliza una ecografía para diagnosticar cálculos biliares examinando visualmente la vesícula biliar. Los análisis de sangre pueden mostrar signos de infección o disfunción hepática.

Tratamiento: Se utilizan medicamentos para disolver los cálculos. En casos más severos, es necesaria la cirugía de extracción de la vesícula biliar. Si solo hay síntomas leves, los cambios dietéticos para limitar los alimentos grasos pueden ayudar a reducir la frecuencia de los síntomas.

e) Vaciamiento gástrico retardado (gastroparesia)

La gastroparesia es una condición en la que el estómago vacía los alimentos hacia el intestino delgado más lentamente de lo normal, a menudo debido a daños en el nervio vago (que controla las contracciones de los músculos estomacales). Esta condición es particularmente común en adultos mayores, especialmente aquellos con diabetes o daño nervioso.

Cuando el estómago se vacía lentamente, los alimentos, especialmente aquellos ricos en proteínas como la carne y el pescado, permanecen en el estómago por un período prolongado. Esto puede llevar a una sensación de saciedad, hinchazón abdominal y malestar. Los alimentos no digeridos pueden causar distensión del estómago, lo que lleva a náuseas. Con el tiempo, el vaciamiento retardado también puede llevar a un crecimiento bacteriano excesivo en el estómago, contribuyendo aún más a las náuseas.

Diagnóstico: Los estudios de vaciado gástrico (como una prueba de aliento o una exploración de medicina nuclear) pueden medir cuánto tiempo tarda la comida en moverse a través del estómago.

Tratamiento: El tratamiento puede incluir medicamentos procinéticos que estimulan la motilidad gástrica, modificaciones dietéticas (como comer comidas más pequeñas y frecuentes que sean más fáciles de digerir) y manejar condiciones subyacentes como la diabetes.

3. Intolerancia o sensibilidad alimentaria: reacción a carne y pescado

Algunos adultos mayores pueden desarrollar sensibilidades o intolerancias a los alimentos con el tiempo, particularmente a las proteínas que se encuentran en la carne y el pescado. Este problema puede llevar a malestar gastrointestinal y náuseas.

La intolerancia alimentaria ocurre cuando el cuerpo es incapaz de digerir o procesar adecuadamente un alimento o componente específico. Por ejemplo, una persona puede desarrollar una intolerancia a la histamina, un compuesto que se encuentra en carnes y pescados envejecidos. Esta intolerancia puede causar síntomas como náuseas, dolores de cabeza y calambres estomacales.

Además, ciertos productos cárnicos, especialmente las carnes procesadas, pueden contener conservantes o químicos que pueden desencadenar una sensibilidad, causando náuseas o malestar después de su consumo.

El diagnóstico de intolerancia alimentaria generalmente se realiza mediante una dieta de eliminación, donde se eliminan los alimentos sospechosos (como carne o pescado) de la dieta por un período de tiempo y luego se reintroducen para observar cualquier reacción. Las pruebas de sangre a veces pueden identificar anticuerpos específicos de alimentos, pero no siempre son confiables para diagnosticar intolerancias alimentarias.

El tratamiento consiste en evitar los alimentos que desencadenan los síntomas. Las personas con intolerancia a la histamina deben evitar carnes envejecidas, pescados y alimentos fermentados. Para otras intolerancias alimentarias, como la sensibilidad a conservantes, una dieta libre de alimentos procesados puede aliviar los síntomas.

4. Deficiencia de vitamina B12: una causa oculta de piel pálida y náuseas

La vitamina B12 desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud de los glóbulos rojos y el sistema nervioso. Una deficiencia en esta vitamina puede llevar a anemia (como se discutió anteriormente), así como a síntomas neurológicos y problemas gastrointestinales.

A medida que envejecemos, nuestra capacidad para absorber vitamina B12 disminuye debido a una reducción en la producción de ácido estomacal, que es necesaria para la absorción de B12. Una deficiencia de vitamina B12 puede llevar a síntomas como piel pálida, fatiga, debilidad y náuseas.

Los adultos mayores también pueden tener una condición conocida como gastritis atrófica, que reduce los niveles de ácido estomacal y contribuye a la malabsorción de vitamina B12. Además, la falta de vitamina B12 puede deteriorar la producción de glóbulos rojos, llevando a anemia y piel pálida.

Diagnóstico de deficiencia de B12

Una simple prueba de sangre que mide los niveles de vitamina B12 puede diagnosticar una deficiencia. En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas adicionales para determinar la causa subyacente, como la prueba para anemia perniciosa (una condición autoinmune que afecta la absorción de vitamina B12).

Tratamiento de la deficiencia de B12

El tratamiento para la deficiencia de vitamina B12 suele ser a base de inyecciones de vitamina B12 o suplementos orales de vitamina B12. En casos de anemia perniciosa, pueden requerirse inyecciones de vitamina B12 de por vida. También se recomiendan cambios dietéticos, como aumentar la ingesta de alimentos ricos en B12 como carne, pescado, productos lácteos y cereales fortificados.

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