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Entumecimiento y frialdad en ambas piernas en la vejez

El entumecimiento y la frialdad en las piernas de los ancianos es una condición bastante común, a menudo causada por aterosclerosis o insuficiencia venosa crónica, pero también puede ser resultado de otras razones. Muchos personas de 70 años a menudo padecen de piernas entumecidas, tanto en invierno como en verano, y siempre sienten los pies fríos. Este artículo explica las causas comunes del entumecimiento y la frialdad en las piernas y pies de los adultos mayores, y proporciona orientación sobre el diagnóstico y tratamiento de esta condición.

Entumecimiento y frialdad en ambas piernas en la vejez
Entumecimiento y frialdad en las piernas y pies de los adultos mayores

Causas comunes de entumecimiento y frialdad en ambas piernas en los ancianos

1. Enfermedad arterial periférica

La enfermedad arterial periférica ocurre debido al estrechamiento de las arterias periféricas causado por la aterosclerosis, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia las extremidades. Este suministro sanguíneo insuficiente provoca frialdad y, en casos severos, daño tisular. La isquemia crónica también puede afectar la función nerviosa, provocando entumecimiento.

Enfermedad arterial periférica
Enfermedad arterial periférica

La aterosclerosis se desarrolla a partir de la acumulación de depósitos grasos, colesterol y otras sustancias en las paredes arteriales. Con el tiempo, esta acumulación conduce a la formación de placa, endureciendo y estrechando las arterias. En los adultos mayores, este proceso se acelera debido a la exposición acumulativa a factores de riesgo como el tabaquismo, una dieta pobre y un estilo de vida sedentario. Además, el envejecimiento provoca cambios naturales en los vasos sanguíneos, como la reducción de la elasticidad, que contribuyen al estrechamiento arterial.

La enfermedad arterial periférica ocurre en aproximadamente el 15%-20% de las personas mayores de 60 años, con una prevalencia que aumenta con la edad. Los factores de riesgo incluyen tabaquismo, diabetes, hipertensión y colesterol alto.

Diagnóstico de la enfermedad arterial periférica:

  • Índice tobillo-brazo: Una prueba no invasiva que mide la relación de la presión arterial en el tobillo con la presión arterial en el brazo.
  • Ecografía: Imágenes Doppler para evaluar el flujo sanguíneo.
  • Angiografía: Imágenes detalladas para visualizar bloqueos arteriales.

Tratamiento de la enfermedad arterial periférica:

  • Modificaciones en el estilo de vida: Cesación del tabaquismo, ejercicio regular y una dieta saludable.
  • Uso de medicamentos: Agentes antiplaquetarios (p. ej., aspirina), estatinas y vasodilatadores.
  • Cirugía: Angioplastia o cirugía de bypass para casos severos.

2. Neuropatía diabética

El alto nivel de azúcar en sangre de forma crónica daña los nervios periféricos, provocando pérdida de sensibilidad, sensación de hormigueo y entumecimiento. La mala circulación sanguínea en los diabéticos puede agravar la frialdad en las piernas.

Neuropatía diabética
Neuropatía diabética

La diabetes es un trastorno metabólico caracterizado por la producción o función defectuosa de la insulina, lo que conlleva hiperglucemia crónica. En los adultos mayores, el riesgo de diabetes aumenta debido a la reducción de la actividad física, aumento de peso y resistencia a la insulina relacionada con la edad. La exposición prolongada a niveles altos de azúcar en sangre daña los pequeños vasos sanguíneos que nutren los nervios, provocando neuropatía diabética.

Hasta el 50% de las personas con diabetes experimentan neuropatía. Este riesgo aumenta con la edad, la duración de la diabetes y el mal control glicémico.

Diagnóstico de neuropatía diabética:

  • Estudios de conducción nerviosa: Evaluación de la actividad eléctrica de los nervios.
  • Examen físico: Evaluación de la sensación de vibración y temperatura.
  • Análisis de sangre: Evaluación de los niveles de glucosa y marcadores de inflamación.

Tratamiento de la neuropatía diabética:

  • Control glicémico: Mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de los rangos objetivo.
  • Uso de medicamentos: Gabapentinoides, como gabapentina o pregabalina, o duloxetina para el manejo del dolor.

3. Estenosis espinal

La estenosis espinal comprime los nervios responsables de transmitir señales entre la médula espinal y las piernas. Estas señales controlan el movimiento muscular y transmiten información sensorial (como el tacto, la temperatura y el dolor) desde las piernas hasta el cerebro.

Estenosis espinal
Estenosis espinal

El estrechamiento del canal espinal comprime estos nervios, interrumpiendo su capacidad para llevar señales de manera efectiva. Esta compresión puede causar síntomas como entumecimiento, debilidad y sensación de frío en las piernas, ya que la vía de comunicación entre el cerebro y las piernas se ve afectada.

El proceso de envejecimiento conduce a cambios degenerativos en la columna vertebral, incluyendo el engrosamiento de los ligamentos, espolones óseos y degeneración del disco. Estos cambios estructurales reducen el espacio en el canal espinal, provocando la compresión nerviosa. La estenosis espinal es más prevalente en los adultos mayores debido a que estos cambios degenerativos se acumulan con el tiempo.

La estenosis espinal ocurre en aproximadamente el 30% de las personas mayores de 70 años. Los cambios degenerativos en la columna, como la osteoartritis, son contribuyentes comunes.

Diagnóstico de la estenosis espinal:

  • RM: Proporciona imágenes detalladas de las estructuras espinales.
  • Tomografías computarizadas: Útiles para visualizar estructuras óseas.
  • Examen físico: Identificación de síntomas dependientes de la postura, como alivio al inclinarse hacia adelante.

Tratamiento de la estenosis espinal:

  • Terapia física: Ejercicios para fortalecer los músculos centrales y de la espalda.
  • Uso de medicamentos: Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para el alivio del dolor.
  • Cirugía: Laminectomía o fusión espinal para casos severos.

4. Insuficiencia venosa crónica

La insuficiencia venosa crónica ocurre cuando las válvulas venosas en las piernas fallan, lo que lleva a un mal retorno venoso y acumulación de sangre. Esta condición resulta en hinchazón, sensación de frialdad y a veces entumecimiento debido a la presión sobre los nervios cercanos.

Insuficiencia venosa crónica. Etapas de la insuficiencia venosa crónica.
Insuficiencia venosa crónica. Etapas de la insuficiencia venosa crónica.

El envejecimiento debilita las paredes y válvulas de las venas, haciéndolas menos eficientes para evitar que la sangre fluya hacia atrás. Permanecer de pie durante períodos prolongados, la obesidad y un historial de coágulos sanguíneos agravan esta condición, haciéndola más común en los adultos mayores.

La insuficiencia venosa crónica ocurre en aproximadamente el 30% de las personas mayores de 70 años y es más común en mujeres. Los factores de riesgo incluyen obesidad, permanencia de pie prolongada y un historial de trombosis venosa profunda.

Diagnóstico:

  • Ecografía dúplex: Identifica disfunción de las válvulas venosas y anormalidades en el flujo sanguíneo.
  • Examen físico: Observación de hinchazón en las piernas, venas varicosas y cambios en la piel.

Tratamiento de la insuficiencia venosa crónica:

  • Terapia de compresión: Uso de medias para mejorar el retorno venoso.
  • Cambios en el estilo de vida: Control de peso y elevación de las piernas.
  • Cirugía: Ablación venosa o escleroterapia para casos severos.

5. Deficiencia de vitamina B12

La vitamina B12 es crucial para la salud nerviosa. La deficiencia de vitamina B12 conduce a la desmielinización de los nervios periféricos, causando entumecimiento, hormigueo y sensaciones frías. La anemia resultante de la deficiencia de B12 también puede contribuir a la frialdad.

Aproximadamente el 15% de los adultos mayores tiene deficiencia de vitamina B12. La deficiencia de vitamina B12 en los adultos mayores a menudo resulta de una ingesta dietética reducida y mala absorción. Condiciones como la gastritis atrófica, que se vuelve más común con la edad, conducen a una menor producción de ácido estomacal, afectando la absorción de la vitamina B12. Medicamentos (si se utilizan), como metformina e inhibidores de la bomba de protones, aumentan aún más el riesgo.

Diagnóstico:

  • Análisis de sangre: Miden los niveles de B12 en suero, ácido metilmalónico y homocisteína.
  • Examen neurológico: Evaluación de reflejos y función sensorial.

Tratamiento de la deficiencia de vitamina B12:

  • Suplementación: Vitamina B12 oral o intramuscular, dependiendo de la gravedad.
  • Cambios dietéticos: Incluir alimentos fortificados y productos de origen animal.

6. Esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad que causa la descomposición de la cubierta protectora de los nervios. En la esclerosis múltiple, el sistema inmunológico ataca la vaina protectora que cubre las fibras nerviosas, conocida como mielina. La esclerosis múltiple puede causar entumecimiento, debilidad, dificultad para caminar, cambios en la visión y otros síntomas. Las lesiones que afectan áreas de la médula espinal pueden interrumpir las señales hacia las piernas, causando entumecimiento y sensaciones frías.

Esclerosis múltiple (abreviatura: EM)
Esclerosis múltiple (EM)

Aunque la esclerosis múltiple se manifiesta típicamente en personas más jóvenes, puede ocurrir esclerosis múltiple de inicio tardío (después de los 50 años). La causa exacta de la esclerosis múltiple sigue siendo desconocida, pero factores de predisposición genética y ambientales, como infecciones y niveles bajos de vitamina D, juegan un papel. El envejecimiento también puede influir en la regulación del sistema inmunológico, contribuyendo a los casos de inicio tardío.

Diagnóstico de la esclerosis múltiple:

  • RM: Para buscar placas en el sistema nervioso central.
  • Punción lumbar: Análisis del líquido cefalorraquídeo para marcadores inflamatorios.
  • Pruebas neurológicas: Evaluación de déficits motores y sensoriales.

Tratamiento de la esclerosis múltiple:

  • Terapias modificadoras de la enfermedad: Por ejemplo, interferones o acetato de glatirámero.
  • Manejo sintomático: Terapia física y medicamentos para la espasticidad o el dolor.

7. Hipotiroidismo

Una tiroides poco activa reduce el metabolismo, disminuyendo la producción de calor y causando sensaciones de frío. La implicación nerviosa puede llevar a entumecimiento.

El riesgo de hipotiroidismo aumenta con la edad debido a condiciones autoinmunitarias como la tiroiditis de Hashimoto, que se vuelve más prevalente en las poblaciones ancianas. Además, la disminución de la función de la glándula tiroides con el tiempo y los efectos secundarios de medicamentos (si se utilizan) pueden llevar a una tiroides poco activa en los ancianos.

El hipotiroidismo ocurre en el 4-10% de la población, con mayor prevalencia en adultos mayores y mujeres.

Diagnóstico del hipotiroidismo:

  • Análisis de sangre: Miden la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y la tiroxina libre (T4).
  • Evaluación clínica: Evaluación de síntomas como fatiga, aumento de peso y piel seca.

Tratamiento del hipotiroidismo:

  • Reemplazo de hormona tiroidea: Terapia con levotiroxina.
  • Monitoreo: Análisis de sangre regulares para mantener niveles adecuados de TSH.

¿Cuándo debes acudir al médico?

Si bien el entumecimiento o la frialdad ocasional en las piernas puede deberse a factores temporales, como permanecer sentado durante mucho tiempo o la exposición al frío, los síntomas persistentes o en aumento no deben ser ignorados. Debes acudir al médico si:

  • Estos síntomas persisten o empeoran con el tiempo: El entumecimiento o la frialdad crónica podrían indicar una condición médica subyacente que requiere atención.
  • Se presenta dolor o hinchazón: El dolor o la hinchazón pueden sugerir condiciones como trombosis venosa profunda o insuficiencia venosa crónica.
  • Se presentan dificultades para caminar o debilidad: Estos podrían ser signos de estenosis espinal, neuropatía u otros problemas neurológicos.
  • Aparecen cambios en la piel o úlceras: El mal flujo sanguíneo debido a enfermedad arterial periférica o diabetes puede provocar daño tisular.
  • Se acompaña de pérdida de peso inexplicada, fatiga u otros síntomas sistémicos: Esto puede apuntar a condiciones como hipotiroidismo o deficiencia de vitamina B12.

Un diagnóstico y tratamiento tempranos de las causas subyacentes pueden prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida. Un médico realizará exámenes físicos, análisis de sangre, estudios de imágenes o pruebas de conducción nerviosa para determinar la causa raíz y recomendar el tratamiento apropiado.

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